Por Felipe Monroy | Director Vida Nueva México |
Aquel 13 de marzo de hace un año, millones de mexicanos apreciaron en vivo la nominación del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, como el nuevo pontífice de la Iglesia Católica. De él, solo tenían dos datos: que era argentino y que llevaría Francisco como nombre apostólico. «Sencishito y carismático”, fueron los primeros comentarios en tono de sorna como se estila en México cuando se habla de algún argentino. Pero sí, Francisco ha resultado un Papa sumamente sencillo en su estilo y rotundamente carismático para los medios.
Para no pocos, Francisco es visto como un líder que pronuncia con claridad sus sentimientos y que, sin dobleces, denuncia las pobrezas espirituales de su propia persona y de la Iglesia que representa. Y aunque es aplaudido por muchos, hay aún algunos correligionarios incómodos que chasquean el gesto y se sienten, lo menos, desamparados.
Es una peculiaridad del pueblo latinoamericano –si bien sumamente mexicana- el acostumbrar a doblar el espinazo sin ton ni son; solemos ser, en una cultura cortesana, la zalamería andante. Y aunque resulta cómodo saber en qué dirección hacer reverencia, Francisco se ha colocado en la periferia; descolocando al adulón que, buscando el tótem, se encontró con Pedro.
Así, han sido bien recibidas “la revolución de la ternura”, “la reforma de las actitudes” y “el primerear en el amor” con los más urgidos de caridad; pero tras la ovación se olvida el contorno. Casi la totalidad de los medios festejan las frases del Papa y les colocan una especie de ‘amén’ al final de cada una, situación diferente a Benedicto XVI, al que se le cuestionaba y regateaba todo.
Francisco parece no requerir cortesanos consentidores ni cruzados defensores a ultranza que alaben su profética misión buscando el martirio mediático, quizá de allí el desamparo. Al parecer este primer año de pontificado ha propiciado un camino hacia la autenticidad de la Iglesia, autenticidad que –nos guste o no- refleja lo que es y lo que ha sido, pero también del potencial que guarda.
@monroyfelipe