Este domingo se celebra en Roma la canonización simultánea de dos Papas, Juan XXIII y Juan Pablo II.
Está claro que el hecho es de excepcionalidad.
En primer lugar, porque se trata de dos Papas de gran atractivo popular. Tanto es así que, para facilitar el acceso de los peregrinos , el cuerpo de Juan XXIII se ha puesto en la nave central de la Basílica de San Pedro, y se hizo una nueva entrada al sub-suelo para facilitar el flujo de peregrinos que visitan la tumba de Juan Pablo II.
Se añade a esto el hecho de que la canonización simultánea sea hecha por el Papa Francisco , que por sí solo ha estado atrayendo multitudes, interesados en seguir sus enseñanzas , especialmente en la » catequesis «, de los miércoles , y los mensajes de los domingos.
Por estos mismo acontecimientos se prevé una multitud llenando la Plaza de San Pedro y extendiéndose por las calles adyacentes ,ocupando todo el espacio hasta las orillas del Tíber.
Especialmente Polonia se siente electrizada por el evento , y se agotan las reservas de pasajes y alojamiento. Tanto es así que ya no hay más lugares ni vacantes en hoteles y casas para acoger a los peregrinos en Roma.
Cuando la pesca milagrosa , Pedro pidió ayuda a sus compañeros para arrastrar la red. Ahora habrá tres papas arrastrando la multitud.
La decisión de canonizar a ambos en la misma oportunidad, fue estratégica. Fueron dos papas que marcaron profundamente a la Iglesia. Cada uno con su propio carisma . La diferencia de personalidad podría fácilmente llevar a comparaciones desgastentes, si uno fuese canonizado antes del otro.
Por lo tanto , fue una buena señal la decisión de canonizarlos en el mismo día .
Es muy interesante corroborar la lista de los papas a partir de 1870, cuando la Iglesia perdió los » Estados Pontificios» , quedando reducida al pequeño territorio del Vaticano . Parece que en la medida en que se reduce el espacio institucional de la Iglesia , fue aumentando su influencia en la sociedad .
Fueron todos nombres destacados , empezando por Pío IX , seguido del gran Papa León XIII , después Pio X, Benito XV , Pío IX , Pío XII , después Juan XXIII, Pablo VI , Juan Pablo I y Juan Pablo II, Benedicto XVI , y ahora nuestro Papa Francisco.
Ante esta impresionante lista de personalidades , algunos proponen hacer como en los primeros siglos de la Iglesia . Cada Papa que murió, simplemente se añadía a la lista de los santos que la Iglesia de Roma veneraba , estableciendo así un buen ejemplo para otras diócesis con el fin de mantener también , el recuerdo de las personas que dejaron un buen testimonio de vida.
Otros sugieren que se haga, una vez por siglo la canonización simultánea de todos los papas de la época. Esto impediría que una especie de discriminación entre ellos .
De hecho, en esta ocasión nos parece escuchar el interrogatorio de Juan XXIII, que con toda su sencillez perguntaría: » ¿por qué sólo nosotros? » Y no había duda de que iba a invitar a la fiesta el próximo domingo, al menos, Pío XII y Pablo VI , sus compañeros de largos años de experiencia eclesial .
De todos modos , el acontecimiento de este domingo involucra a toda la Iglesia, que se reconoce tanto en la multitud de la plaza como en la letanía de sus santos.
San Juan XXIII y San Juan Pablo II, ¡rueguen por nosotros!
