Por Gilberto Hernández García |
La mañana de este jueves ha iniciado en la Plaza Mariana de la Basílica de Guadalupe la «Peregrinación de confianza», que reúne a cientos de jóvenes provenientes de varios países de América Latina, de otros continentes y de diversas ciudades de México, convocados por la comunidad ecuménica de Taizé y la pastoral juvenil de la Arquidiócesis de México.
Los organizadores han señalado que La finalidad del encuentro es «celebrar a Cristo, e ir juntos a las fuentes de la confianza, renovando nuestro compromiso en la Iglesia y en la sociedad». Particularmente, «en un país marcado por la violencia, ¿podrían los jóvenes mostrar el camino para la construcción de una tierra más habitable para todos, una tierra de solidaridad y de paz?», «ese es el reto», señalan los hermanos de Taizé.
Durante los cuatro días del encuentro los convocantes pretenden con los jóvenes «caminar juntos hacia las fuentes de la fe y así prepararse para asumir responsabilidades con nuestra sociedad; fortalecer y generar lazos con los jóvenes de México y Latinoamérica; vivir la alegría de estar juntos a través de la hospitalidad dada por las familias de la Ciudad de México».
Durante las mañanas, los jóvenes están participando en las parroquias anfitrionas de la oración y visitando lo que han llamado «lugares de solidaridad», a la vez que sostienen «encuentros con testigos de esperanza». Por la tarde, las oraciones, los talleres de reflexión (Biblia, espiritualidad, social y presentaciones culturales), tienen lugar en la Plaza Mariana de la Basílica de Guadalupe.
Peregrinación de esperanza
Es un concepto que escogió Taizé hace ya muchos años, para intentar expresar todo lo que los jóvenes viven en la comunidad. No se trata de peregrinar hacia la aldea, sino que de caminar juntos hacia la fuente de la fe y encontrar lo esencial que nos une en la búsqueda de vivir el Evangelio. La frase es una invitación a todos a salir al encuentro y es eso lo que los hermanos quieren vivir junto con los jóvenes que llegan al pueblo de Taizé y a los encuentros en cualquier lugar del mundo.
En medio de una vida ocupada y agitada, son muchos quienes sienten la necesidad de orar juntos de manera sencilla y meditativa, con momentos de silencio y a menudo utilizando los cantos de Taizé traducidos en varias lenguas. Un sinnúmero de grupos se reúnen para rezar con el estilo de la comunidad, pero la “Peregrinación de Confianza” no es un movimiento centrado en Taizé. Nadie se hace miembro en ningún sentido, ni tampoco nadie tiene la lista completa de estos grupos.
La vida interior que se profundiza a través de la oración común intenta expresarse también a través de gestos concretos de solidaridad.
El hermano Mikel Larreategi es miembro de la comunidad de Taizé, un esfuerzo de seguimiento a Cristo desde el ecumenismo. Ha visitado México y habló con El Observador sobre los retos del siglo XXI: encuentro y solidaridad.