COLUMNA FE Y RAZON | Por
Luis-Fernando Valdés |
Después de haber atribuido a la Iglesia católica irlandesa haber enterrado clandestinamente a unos 800 infantes, la agencia Associated Press (AP) reconoce que hubo exageración en esa noticia. Pero esta retractación contiene algo más que aceptar un error. ¿Qué hay detrás?
Esta historia comenzó cuando el 3 de junio pasado la AP publicó un reporte de la historiadora Catherine Corless, la cual investigó los sitios de entierro de 796 bebés y niños pequeños, que murieron en el albergue “St. Mary” (Tuam, Irlanda), para madres solteras, entre 1925 y 1961.
Corless afirma que los infantes, en edades entre recién nacidos y ocho años, murieron de malnutrición y enfermedades infecciosas, incluyendo sarampión y tuberculosis, y que fueron sepultados una antigua fosa séptica cercana al albergue que sirvió como fosa común.
Desde el primer momento el Arzobispo de Tuam, Mons. Michael Neary, expresó su preocupación y aceptó que se realizara una investigación gubernamental. Por su parte, la policía nacional de Irlanda indicó a CNN que los restos fueron encontrados en un cementerio en el terreno del albergue, no en una fosa séptica. (ACI/EWTN Noticias, 8 junio 2014)
La noticia no tenía fundamento, pero causó revuelo. No faltaron periodistas que aprovecharon para comparar el albergue para madres solteras de Tuam con el holocausto nazi y las atrocidades cometidas en Ruanda.
Fue muy llamativo que Brendan O’Neill, editor de “Spiked Online”, quien se autodefina como ateo y de izquierda, publicó un editorial el 9 de junio, en el que afirma que la verdad sobre este asunto del albergue “era una historia muy diferente del cuento escaso en hechos y pesado en furia, que ha dado la vuelta al mundo”.
O’Neill criticó que “claramente esto ya no se trata de noticias; no es un anhelo de hechos o verdad lo que elevó los enloquecidos reclamos sobre Tuam a la agenda; en vez de eso, una mezcla de prejuicio anticatólico, un odio irlandés contra sí mismo, y la sed moderna de historias de horror que envuelven niños convirtió a Tuam en una de las historias peor reportadas del 2014 hasta ahora”.
Este periodista también hacía ver que “la fosa séptica o las tierras del antiguo hogar no han sido excavados. Ningún bebé ha sido ‘encontrado en una fosa séptica’, como el Washington Post, The Guardian y otros han asegurado. La afirmación de que los bebés fueron ‘botados’ en algún tipo de sistema de drenaje es errada también”.
Tuvieron que pasar dos semanas para que la agencia AP reconociera su error públicamente. En una nota fechada el 20 de junio, esta agencia noticiosa acepta que “citó a una investigadora (Catherine Corless) que creía que la mayoría de los restos de los niños fallecidos fueron colocados en un tanque séptico sin uso, la investigadora ha clarificado desde entonces que sin la excavación y el análisis forense, es imposible saber cuántos restos contiene el tanque, si es que hay alguno”. (abcnews.go.com, 20 junio 2014)
¿Qué pensar de este acoso mediático a la Iglesia? La primera respuesta nos la da Shawn Pogatchnik, de AP, quien afirma que este caso nos ofrece un estudio de cómo una exageración puede ser multiplicada por los medios, cuando se maquillan los acontecimientos que por sí solo son insostenibles. (AP, 23 junio 2014)
Y la segunda la ofrece el mismo Brendan O’Neill, que hace ver que se trata de una “insana obsesión” de “rastrillar el pasado de Irlanda”, lo cual “se ha convertido en una suerte de grotesco deporte moral, que provee de patadas a la brigada anti-católica y de combustible para la auto-flagelación histórica”.
lfvaldes@gmail.com
http://www.columnafeyrazon.blogspot.com