El tema predominante a nivel nacional es el futbol, especialmente con los gratos resultados del equipo mexicano.
Es bueno reconocer lo que México ha logrado hasta el momento en el mundial de futbol. Destaca el compañerismo y el hambre de triunfo.
El compañerismo hace que se trabaje en equipo, no buscando sobresalir individualmente. El hambre de triunfo da esperanza y tenacidad.
Por otro lado, le energía desplegada en torno al futbol nos hace ver que hay mucha potencialidad para aprovecharse no sólo en el ámbito deportivo, sino en todas las áreas de la vida.
Se puede tener una nueva mentalidad y actitud en la vida familiar, social, laboral, cultural. Desde luego también en la vida espiritual.
Es bueno aspirar a más. Ciertamente con realismo, o sea con los pies en la tierra, pero también con optimismo, o sea con el corazón en alto, superando las actitudes extremas del pesimista o del soñador iluso.
Enhorabuena si nos vemos como compañeros de camino y nos apoyamos a salir adelante en los variados aspectos de la vida, especialmente cuando haya dificultades y adversidades.
Por Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, obispo de Tehuacán