Por Jorge Traslosheros |

El Presidente Enrique Peña Nieto visitó al Papa Francisco en el Vaticano. Todo indica que fue un encuentro cordial y fructífero. En este sentido, me parece importante escuchar las palabras del Presidente, cuyo video puede consultarse en la página del Gobierno de la República. De la visita quiero destacar cinco elementos.

Primero. El encuentro se llevó a cabo en un momento en que Francisco está bien enterado de los asuntos nacionales, pues acaba de terminar la visita “Ad limina apostolorum” en la cual los obispos mexicanos informaron al Papa sobre sus iniciativas pastorales en relación con los problemas del país. A su vez, escucharon los consejos de Francisco e intercambiaron opiniones con sus colaboradores. Es importante señalar la indudable empatía del episcopado mexicano con Francisco, visible desde antes de sus encuentros, contrario a lo que cierta conseja ha dicho sin fundamento.

Segundo. Por boca del subsecretario de Relaciones Exteriores, Carlos de Icaza, confirmadas en hechos y dichos por el Presidente, destacó la fortaleza de las relaciones entre el Estado mexicano y el Vaticano, remarcando la importancia del Papa como actor internacional en temas multilaterales como, por ejemplo, derechos humanos, migración, trata de personas y protección de la familia.

Tercero. Según palabras del Presidente, en el encuentro se trataron problemas de interés común con los católicos mexicanos, entre ellos, migración y transmigración, pobreza, violencia y narcotráfico, asuntos en los cuales la Iglesia tiene preocupaciones pastorales importantes. Los católicos, pues, fueron reconocidos sin ambages como actores importantes dentro de la sociedad civil, pero de ninguna manera como los únicos. Además, Peña Nieto explicó al Papa la serie de reformas estructurales que su gobierno lleva a cabo con miras al bien común.

Cuarto. El Presidente, según él mismo afirmó, explicó al Papa la concepción de Estado laico que ahora impera en México y no como un asunto de su gobierno, sino como la definición que emana del orden constitucional mexicano. Sin ambigüedades, declaró que nuestro Estado laico está lejos de mostrarse hostil contra las religiones. Por el contrario, promueve el derecho humano a la libertad religiosa, abriendo más espacios a la colaboración entre el Estado y la sociedad civil.

Cabe destacar que las palabras de Peña Nieto son concordantes con una laicidad propositiva. Esto significa que el Estado laico guarda equidistancia en su relación con las religiones, sin preferencia por alguna, al tiempo de mostrarse a favor de la libertad religiosa como un derecho humano claramente definido por el Derecho internacional en la materia el cual, como bien sabemos, fue incorporado a nuestra constitución en junio de 2011.

Esta declaración, por su contundencia, es una excelente noticia que abona de manera decisiva al fortalecimiento de la sociedad. Jamás debemos olvidar que un Estado democrático será tan fuerte como lo sea la sociedad civil, la cual se fortalece en la medida en que sus cuerpos intermedios ganen autonomía y se expresen libremente, en su expansiva pluralidad, en público y en privado. Tampoco debemos olvidar que las religiones forman parte sustantiva de la sociedad civil y que son una de sus más legítimas expresiones.

Quinto. Para rematar, el Presidente anunció que Francisco aceptó su invitación para visitar México, sin haber definido fecha. No obstante, agregamos, es probable que se realice en septiembre de 2015 en coincidencia con su participación en el Encuentro Mundial de las Familias a celebrarse en Filadelfia, Estados Unidos. Fue, sin duda, un encuentro muy fructífero.

 

jorge.traslosheros@cisav.org

Twitter: @trasjor

 

 

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