Por Jorge Traslosheros |

La Iglesia publicó el instrumento de trabajo para el Sínodo de los Obispos a celebrarse en octubre, en el cual discutirán “los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la Evangelización”, como reza el título del documento.

Me parece un texto muy interesante, producto de un sondeo entre los católicos del mundo. No es un instrumento pastoral, ni doctrinario, sino el sentir de la Iglesia en su gran complejidad. A bote pronto, comparto algunas reflexiones:

1.- Los católicos estamos dando un paso muy importante para actualizar nuestra reflexión sobre la familia. Basta una pequeña mirada al texto para observar su sintonía con los documentos posconciliares que marcan una renovación doctrinal muy importante. Y si bien la intención es pastoral, también impactará positivamente nuestra participación en el intenso debate público.

2.- La perspectiva de familia mostrada en el documento indica claramente que la Iglesia supera, con mucho, los estrechos márgenes en los cuales se mueve la intelectualidad occidental, progresista y conservadora, que dice liderar el debate internacional. Los católicos, sin renunciar un ápice a sus convicciones, quieren hacerse cargo de las familias en realidades culturales tan diversas como Pakistán o los barrios bajos de Nueva York. La Iglesia, hoy, es más católica que nunca.

3.- Queda claro que los católicos tenemos una idea muy alejada de la llamada “familia tradicional”, tal y como la intelectualidad occidental la presenta. Se trata de una imagen de caricatura de la era victoriana, tan marcada por el puritanismo que también influyó en la catolicidad de aquella época; pero ya no más, fuera de algunos norteados con bocina. El documento deja claro que los católicos desconfiamos de un modelo de familia, en el cual el hombre, reducido a simple proveedor de bienes y servicios, no tiene relación afectiva con su esposa e hijos, donde la mujer carece de oportunidades para expresarse dentro y fuera de la familia y los hijos son obedientes espectadores de la comedia matrimonial.

4.- Comprendo que, en el intenso debate que se desarrolla en occidente, muchos ideólogos liberales y conservadores encuentran útil a sus intereses adjudicar a la Iglesia una fijación con el modelo victoriano. Sin embargo, batallan contra un fantasma que ellos mismos inventaron. La Iglesia por su perspectiva global, profunda renovación doctrinaria y ante la urgencia pastoral, va mucho más allá de tan estrechos márgenes.

5.- El documnto muestra siete ideas que considero muy relevantes. Una, hay claridad doctrinaria. Dos, existe gran exigencia para mirar desde la misericordia. Tres, las familias se consideran la base de la convivencia social en cualquier cultura y la principal fuente de bienestar personal y social. Cuatro, en el mundo, mucho más grande de lo que suponen los ideólogos occidentales, existen diversas formas de la vida familiar. Quinto, no todas las estructuras familiares operan con igual eficacia en la protección de sus miembros, empezando por niños y ancianos. Sexto, por ende, es imperioso articular la pastoral familiar desde la caridad, para atender primero a los más necesitados. Séptimo, deben ponerse los medios necesarios para apoyar a las formas de la vida familiar más frágiles, con miras al bien común de sus miembros y de la sociedad.

En suma, los católicos que participaron en el sondeo presentan una serie de inquietudes marcadas por el sentido común. Su lectura me parece indispensable. No hay pretexto (www.vatican.va y de ahí al Sínodo de los Obispos).

 

 

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