Ante el inicio del Ciclo Escolar 2023-2024, la Conferencia del Episcopado Mexicano envió un mensaje a la comunidad educativa reconociendo el esfuerzo de la sociedad civil y de los académicos en su preocupación por la expedición de los libros de texto; y, si bien manifestaron que este asunto se tendrá que resolver por el Poder Judicial, aclararon que los libros no son más que auxiliares de la educación: “Los materiales nunca sustituyen ni determinan lo que se construye en el hecho educativo, que es siempre encuentro entre personas. Sólo la persona educa a la persona”, emitieron los obispos.
Por Felipe Monroy / VC Noticias
El mensaje titulado ‘Prioricemos el fortalecimiento de cada comunidad educativa, en beneficio de todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes’ es un renovado llamado a atender la complejidad de desafíos en la educación en México.
Los obispos identifican una serie de desafíos que deben ser atendidos no sólo por el gobierno, sino por toda la comunidad educativa y la sociedad en general: el abandono escolar, la regularización de ciclos y aprendizajes, el cuidado de las condiciones socio-emocionales de profesores y alumnos, la evaluación educativa, la recuperación de la infraestructura escolar y “la promoción de una verdadera participación social” en la educación.
“Consideramos necesario revisar el Sistema Educativo Nacional, en su conjunto, frente a los desafíos… La gestión educativa exige respetar la legalidad e involucrar fuertemente a la sociedad, a los académicos, a los sindicatos, a las organizaciones de padres de familia, entre otras. Las decisiones educativas, por lo general conllevan múltiples implicaciones humanas, culturales, sociales, políticas, históricas, éticas, científicas y cívicas”, exhortaron los pastores.
Por ello, recordaron las palabras del Papa Francisco en el lanzamiento del Pacto Educativo Global en octubre del 2020: ““No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos”.
En su mensaje a las comunidades educativas, los obispos recordaron que “los primeros responsables de la educación son los padres de familia”; pero animaron y alentaron a las y los maestros porque “tienen grandes retos en este próximo ciclo escolar”. También exhortaron a los directivos escolares “a hacer un constante ejercicio de escucha, de discernimiento de las realidades cotidianas para poder conducir a la comunidad educativa, centrados en el interés superior de los niños, adolescentes y jóvenes”.
Y, finalmente, a los estudiantes, a recordar que son no sólo destinatarios sino “protagonistas de la educación”: “Vivimos en tiempos complejos y desafiantes, por lo que, necesitamos serenidad, paciencia, constancia y esfuerzo”.
Los obispos reiteraron que, respecto al tema de los libros de texto gratuitos, la gestión educativa exige respetar la legalidad; y que, “frente a la confusión y el desconcierto es necesaria la prudencia, la corresponsabilidad y el diálogo constructivo”.
El mensaje finaliza con un llamado a la “construcción de actores entre los actores reales de la educación” pues “México necesita esperanza, serenidad y apertura… no cabe ya la polarización, la división y la improvisación”.
En nombre de los obispos de México firmaron el mensaje, el arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, Rogelio Cabrera López; el arzobispo de León y responsable de la Dimensión de Educación y Cultura de la CEM, Alfonso Cortés; y el obispo de Cuernavaca y secretario general de la CEM, Ramón Castro Castro.