Por Felipe Monroy / VC Noticias

Con el fin de agradecer y motivar a las familias y a todo el ambiente educativo a lo largo del mes en el que se celebra a las madres así como a las y los maestros de México, los obispos católicos del país han divulgado un mensaje en el que se invita a reflexionar entorno a una «educación integral para todos, de calidad y auténticamente humana» como factor imprescindible para atender los desafíos sociopolíticos actuales y coyunturales.

En nombre del episcopado nacional, los arzobispos firmantes junto al secretario general del organismo colegiado de obispos, emitieron un mensaje anticipado de felicitación y reconocimiento a las madres de familia y a los maestros pues, aseguran, México vive un «contexto ineludible que nos convoca a participar de la vida pública de nuestro país: Este mes de mayo lo viviremos en medio de una contienda electoral de gran trascendencia para todos. Hagamos de este momento cívico, todo un acontecimiento educativo, de diálogo, madurez y servicio».

«El tema educativo es fundamental, decisivo. La educación es un punto de partida y de llegada, para consolidar un desarrollo humano, integral, fraterno y sustentable», plantean en el comunicado.

Al respecto, los obispos explican que la educación debe tomar un papel central en la construcción democrática del país, por ello invitaron «a directivos de escuelas y universidades, a los medios de comunicación, a los distintos organismos de la sociedad civil, a los empresarios y a las Iglesias, entre otros ambientes, a promover ejercicios de diálogo y encuentro, para hacer un discernimiento sobre las características y caminos que debe tomar el futuro de nuestra nación frente a los desafíos complejos que nos aquejan».

En el centro de las inquietudes, los obispos plantean cuatro prioridades para atender desde la educación: la construcción de paz, el cuidado del medio ambiente, la consolidación de un Estado de Derecho y un sistema democrático sostenido en los derechos humanos.

Así, el planteamiento de los obispos -en concordancia con los objetivos del Pacto Educativo Global del papa Francisco- exigen trabajar por una educación integral, para todos, de calidad y verdaderamente humana.

Integral porque la educación debe ser una tarea de toda la sociedad (“para educar a un niño se necesita una aldea entera”) y además debe atender integralmente a toda la persona humana: «su cuerpo y su espíritu (con sus respectivas facultades: inteligencia, memoria, afectos, imaginación y sentido común); su ser individual y social; su ser abierto a la participación de los valores más auténticos: la verdad, la unidad, la belleza y la bondad».

Una educación para todos, pues el ámbito educativo formal en México aún no poder ofrecer espacio digno y seguro para todos los niños, niñas y adolescentes, y preocupa que más de un millón de estos menores esté fuera del Sistema Educativo ya sea por las
consecuencias de la pandemia Covid-19, o por circunstancias de inseguridad, migración o de pobreza en el país.

Los obispos también exhortan por contar con una educación de calidad. Al respecto, invitan tanto a las autoridades como a los diversos organismos educativos a construir una política pública en la que democráticamente se involucren diferentes actores de la educación formal y no formal para proponer, desarrollar, evaluar y vigilar los modelos pedagógicos óptimos para el país, los métodos educativos, la infraestructura escolar y los materiales de enseñanza.

«Sobre todo, de líneas operativas de acción que la hagan verdaderamente un servicio humano. No es suficiente el otorgamiento de becas, ayudas en recursos económicos y materiales. Éstos pueden ser necesarios, pero profundamente insuficientes», declaran los obispos.

Finalmente, también insisten en que México requiere retomar la idea de una educación «verdaderamente humana» porque aseguran que se evidencian «signos propios de la Cultura de la Muerte, que se traducen en formas de vida carentes de sentido»:

«Una vida que se estructura en el uso de la violencia, la mentira, la amenaza, la extorsión, la impunidad, el abuso, no es digna de la grandeza del ser humano», reflexionan.

Los obispos concluyen que «la educación está en el centro de la Cuestión Social [pues] permite verificar si el camino de la historia nos conduce a un auténtico sentido del desarrollo humano».

 

vcnoticias.com


 

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