Por Mario De Gasperín Gasperín, obispo emérito de Querétaro

Para entender un poco dónde andamos y cómo podemos ayudar a mejorar nuestro Sistema Educativo, pensemos:

1°. En los desafíos que se nos presentan: Abandono escolar. Regularización de los ciclos de aprendizaje. Situaciones socio-emocionales de los alumnos. Fomentar la cultura de la paz y la calidad educativa. Uso correcto de la tecnología.

Atención apropiada a la primera infancia. Analfabetismo de los adultos. Actualización del sistema informativo y evaluativo de la educación. Recuperación de la infraestructura educativa. Promoción e inserción en lo social.

2°. En lo que nos toca a cada uno: Todos somos educadores, formal o informalmente. No rehuir responsabilidades. Urge tejer alianzas, pactos, acuerdos. Crear auténticas comunidades educativas en nuestro entorno: familias, comunidades, pueblos. Cada niño(a), adolescente, joven, merece lo mejor.

3°. Tener cuidado: Con esperar todo del gobierno, sería infantil. Ayudemos a curar al enfermo. Tenemos la “gran oportunidad” de mostrarnos “samaritanos”: de cooperar al bien comunitario, de hacer valer nuestra fraternidad y desterrar odios y resentimientos. Por eso, proponemos:

1ª. Propuesta: Los primeros responsables de la educación de sus hijos son los padres de familia. Cumplan con su deber. Interesarse y acompañar a sus hijos en sus estudios. El ejemplo va por delante para crear buenos hábitos: limpieza, puntualidad, respeto…

2ª. Propuesta: Comprender y apoyar a los maestros en su difícil tarea educativa hoy. Los maestros sepan leer el corazón, el rostro y las situaciones adversas de sus alumnos después de la pandemia. También se enseña con el corazón.

3ª. Propuesta: “A los directivos, los invitamos a hacer un constante ejercicio de escucha, de discernimiento de las realidades cotidianas para poder conducir a la comunidad educativa, centrados en el interés superior de los niños, adolescentes y jóvenes”. Son directores de orquesta, no solo músicos.

4ª. Propuesta: A los estudiantes decimos: “Ustedes son los primeros destinatarios y protagonistas de la educación.

Hay que tener ánimo y saberse corresponsables del bien de la comunidad educativa. Los tiempos son desafiantes. “La paz se construye a partir del compromiso de vivir esta realidad desde los valores fundamentales del bien, la verdad, la bondad y la belleza”.

4°. Consideramos necesario “revisar el Sistema Educativo Nacional en su conjunto. La gestión educativa exige respetar la legalidad e involucrar fuertemente a la sociedad, a los académicos, a los sindicatos, a las organizaciones de padres de familia, entre otras. Las decisiones educativas conllevan múltiples implicaciones humanas, culturales, sociales, políticas, históricas, éticas, científicas y civiles”. La concertación debe prevalecer sobre la imposición.

5°. Los libros de texto. Agradecemos el trabajo realizado. Su expedición corresponde al Poder Judicial. “Los libros de texto, no son más que auxiliares en la educación; los materiales nunca sustituyen ni determinan el acontecimiento educativo, es decir, el encuentro entre personas. Sólo la persona educa a la persona. Frente a la confusión y el desconcierto es necesaria la prudencia y el diálogo constructivo. México necesita esperanza, serenidad, apertura, construcción de acuerdos entre los actores reales de la educación. No cabe ya la polarización. “Es tiempo de entender que en el corazón de cada persona se va cultivando la Nación, a través de obras de bien, de consensos y de certezas”. “A todos aseguramos nuestro compromiso con la acción prudente y solidaria”.

Firman el Presidente, los Responsables de la Dimensión de la Educación y Cultura y el Secretario General de la CEM. Sintetizó y adaptó: Mario de Gasperín Gasperín.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 13 de agosto de 2023 No. 1466

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