El Observador |

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 10.1 millones de personas adultas mayores; 6 millones de hogares tienen un adulto mayor como jefe de familia; 2.7 millones de hogares están compuestos por el adulto mayor jefe y sus hijos; 2.2 millones de hogares están compuestos por el adulto mayor, sus padres o hijos y otros parientes y un millón de hogares están habitados por adultos mayores solos.

La celebración del Día del Adulto Mayor en México, este 28 de agosto, es una oportunidad para reflexionar sobre las condiciones de vida de nuestros ancianos.

Soledad y maltrato

De acuerdo con Andrea Coronado, psicoterapeuta y egresada de la Maestría en Orientación Psicológica de la Universidad Iberoamericana, son los adultos mayores quienes sufren mayores índices de abuso, incluso por encima de los niños, pero existen muy pocas denuncias: según el INEGI, más de un millón y medio de adultos sufren algún tipo de maltrato, y 40 por ciento vive esta realidad en el interior del hogar.

La experta señala que ante condiciones laborales cada vez más demandantes, los padres suelen delegar las funciones del cuidado de sus hijos y sus hogares a terceros, y en gran proporción, a los abuelos. Esta situación implica muchas veces una carga física y emocional significativa, que puede convertirse en abuso al adulto mayor.

La maestra Coronado asegura que “muchos abuelos quieren tiempo para sí mismos, y hay que respetar esta necesidad”; y advirtió que, dentro de la familia, cuando no se respetan las necesidades, la independencia y la individualidad de los abuelos, la situación puede derivar en abuso.

La investigadora, quien ofrece servicios de asesoría para la jubilación, recordó que es común que cuando un adulto mayor deja la vida laboral, “sus hijos suelen pensar que no hacen nada, y les imponen el cuidado de los nietos. Aunque existen muchos abuelos que disfrutan de estas nuevas funciones, muchos no tienen ni siquiera la posibilidad de elegir”.

Coronado propone a los adultos mayores estrategias para poner límites, comunicar sus necesidades y trazar un plan de vida, con el objetivo de que no queden a merced de lo que sus familiares decidan por ellos: “Lo primero es ayudarles a distinguir qué es lo que quieren. Muchas veces no logran establecer límites porque no saben qué quieren. Una vez identificadas estas necesidades, las deben comunicar a sus familiares”, explicó.

Como terapeuta, “yo les ayudo a clarificar qué necesitan: atención, silencio, salir a bailar y a divertirse, que lo busquen y lo pidan. Hay quienes toman una actitud muy pasiva, o esperan que nos adivinen el pensamiento”, añadió.

Recordó que, actualmente, existe la posibilidad de que coexistan múltiples generaciones en un hogar, lo que genera adversidad para la comunicación. Ante ello, aclaró, se debe trabajar en la empatía y la paciencia a nivel familiar.

Por otro lado, a partir de las necesidades ya establecidas, continuó la especialista, el adulto mayor puede trazar un plan de vida, e imponer límites de una manera mucho más sencilla. Los abuelos, a partir de una estrategia que ya trazaron, podrían autodirigir su tiempo y establecer horarios específicos para sus actividades, clarificó.

Con dicha organización, “podrían decir a sus hijos: ‘¿Sabes qué? No cuenten conmigo de lunes a viernes antes de las 4:00 de la tarde porque voy a estar ocupado u ocupada, asistiendo a mis cursos, aprendiendo japonés, o ejercitándome’”, precisó Coronado.

Asimismo, agregó que es importante que los adultos mayores se relacionen con otras personas más allá de su entorno familiar, y destacó que, aunque es imperativo el respeto a la autonomía del adulto mayor, la familia también debe realizar una labor de acompañamiento y cuidado, pero sin tratar a los abuelos como niños pequeños o sirvientes.

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