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El Papa Francisco realizó una muy intensa visita pastoral a Albania este domingo 21 de septiembre. Desde que anunció este viaje apostolico había senalado su d

eseo de «confirmar en la fe a la Iglesia en Albania y testimoniar mi aliento a un país que ha sufrido mucho tiempo a causa de las ideologías del pasado». Y así fue.

 

En la Eucaristía que celebró en la Plaza Madre Teresa, el PapaIglesia que vives en esta tierra de Albania -ha concluido- gracias por tu ejemplo de fidelidad. No os olvidéis del nido, de vuestra historia lejana, también de las pruebas, no os olvidéis de las heridas, pero nos venguéis, seguid adelante, trabajando con esperanza por un futuro grande. Muchos hijos e hijas de Albania han sufrido hasta el sacrificio de la vida. Que su testimonio sostenga vuestros pasos de hoy y de mañana en el camino del amor, en el camino de la libertad, en el camino de la justicia y, sobre todo en el camino de la paz».

 

 

El Santo Padre agradeció a los catolicos de Albania por el testimonio de fe, a la vez que los animó a «hacer crecer la esperanza dentro de vosotros y a vuestro alrededor». Pidió no olvidar las heridas, pero no alentar el deseo de venganza, como condición para construir el país,  en el camino del amor, de la libertad, la justicia y la paz.

 

 

Jovenes, «Si al encuentro y a la solidaridad»

 

Antes de terminar la liturgia dominical, Francisco saludó a todos los presentes venidos de Albania y de otros países vecinos para darles las gracias por su presencia y testimonio de fe. Pero quiso hablar de modo especial a los jóvenes. »Dicen que Albania es el país más joven de Europa», comentó sonriendo el Papa, para invitarlos a »cimentar su existencia en Jesucristo».

 

Luego alentó a los jóvenes a que, con la fuerza del Evangelio y el testimonio de los antepasados y mártires, a decir

«no a la idolatría del dinero, no a la engañosa libertad individualista, no a las dependencias y a la violencia; y decid sí, en cambio, a la cultura del encuentro y de la solidaridad, sí a la belleza inseparable del bien y de la verdad; sí a la vida entregada con magnanimidad y fidelidad en las pequeñas cosas. Así construiréis una Albania y un mundo mejor, siguiendo las huellas de vuestros antepasados, también de los que hoy sacan adelante a Albania.»

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