Según un estudio reciente elaborado por el Banco Mundial, un niño nacido en una localidad indígena de América Latina tiene el doble de probabilidades de vivir en la pobreza y tres veces más que cualquier otro de vivir en un estado de gran indigencia.

A pesar de que en la actualidad ha disminuido el número de personas indígenas que viven en la pobreza, la brecha que existe entre ellos y el resto de los latinoamericanos se ha incrementado. Se trata de un claro ejemplo del hecho de que el progreso social y económico de la última década no han llegado a todos los grupos sociales. Entre los 37 millones de personas en América Latina el 7% son indígenas y se encuentran en todos los países, especialmente en Bolivia y Guatemala , Perú , México o Panamá .

Deuda pendiente con los iindígenas

Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas, una de las diócesis con mayor presencia de indigenas en América Latina, señala que «aunque en el discurso se resalta la defensa de los derechos de los pueblos originarios, no siempre se les atiende como ellos necesitan. Muchas veces son utilizados con fines propagandísticos y electoreros. Es verdad que se han promovido obras de infraestructura, como carreteras, electrificación, agua entubada, piso firme en las casas que lo tenían de tierra, escuelas, etc.; pero es tan grave el rezago en que está la mayoría de las comunidades indígenas, que todavía falta mucho para que tengan una vida digna».

 

 

 

 

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