El Papa celebró esta mañana la tradicional audiencia general, en la Plaza de San Pedro, ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países, deseosos de escuchar su catequesis y de recibir su bendición apostólica.

En su catequesis el Pontífice se refirió a la Iglesia en su calidad de realidad visible y espiritual, tras haber hablado de su naturaleza espiritual como Cuerpo de Cristo edificado por el Espíritu Santo.

Francisco destacó que lo visible y lo invisible de la Iglesia no se oponen, sino que se integran en la única Iglesia; lo que es un reflejo del misterio de la persona de Cristo, en la que su naturaleza divina es inseparable de su naturaleza humana, que se pone enteramente al servicio del plan divino de llevar a todos la redención y la salvación.

De ahí que también la Iglesia – dijo el Santo Padre – a través de su realidad visible, como los sacramentos, el testimonio y el anuncio, está llamada a hacerse cercana a cada persona, comenzando por los más pobres, los que sufren o los marginados, para que todos sientan la mirada compasiva y misericordiosa de Jesús.

Y concluyó invitando a pedir, por intercesión de la Virgen María, que comprendamos cómo, a pesar de nuestras debilidades, el Señor nos ha hecho instrumentos de su gracia y signo visible de su amor para toda la humanidad.

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