El Observador |
El padre Alejandro Solalinde, director del Albergue ara migrantes de Ixtepec, Oaxaca, declaró, en entrevista para medios internacionales, que cuenta con testimonios que apuntan a que los 43 estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa «están muertos y no hay ninguna esperanza de que aparezcan con vida», incluso que «algunos fueron quemados vivos».
«Desde el domingo a la fecha he tenido varios encuentros con testigos, algunos testigos presenciales, que sufrieron el primero y segundo ataque, estudiantes, pero hay otras fuentes, que no son estudiantes, que nos hablan de otro momento. Hablan de que algunos estaban heridos, y así como estaban heridos, los quemaron vivos, les pusieron diesel. Eso se va a saber, dicen que hasta les pusieron madera, algunos de ellos estaban vivos, otros muertos», es lo que declaró el defensor de los derechos de los migrantes a la agencia Novosti.
El sacerdote católico señaló que a primera información directa la tuvo la semana pasada, y asegura que «hay testigos, pero tienen miedo de hablar», incluso señala que algunos testigos son policías. «Siempre hay alguien que tiene conciencia; pero si hablan, temen que los vayan a matar», sostuvo Solalinde.
El director del Albergue de migrantes de Ixtepec dijo que el martes lo buscaron otras personas, acerca de jóvenes que habían sido testigos del primero y del segundo ataque. «Como vieron que algunos de los jóvenes estaban heridos, otros cayeron también. A los que cayeron se los llevaron, agentes del Estado, quienes los balearon, los atacaron como si fueran un ejército y no estudiantes pobres, de una normal rural», comenta.
Aseveró que los muchachos fueron secuestrados por agentes del Estado y que de ninguna manera se trata de una acción del crimen organizado como se ha querido hacer creer.
“No quiero dar más detalles, pero me dijeron hasta cómo (los quemaron). Tal vez las personas que hicieron esto se veían comprometidas”, dijo Solalinde.
Las declaraciones del padre Solalinde han sido retomadas por medios de comunicación de todo el mundo, aunque él ha declarado que hace falta profundizar en los testimonios, y que «hay información fragmentada», que aún no permite conocer a detalle cómo sucedieron los hechos.
Por su parte, la PGR, en voz de su titular, Jesús Murillo Karam, no desestimó que el sacerdote sea llamado a declarar para contribuir con las investigación.