Al finalizar la celebración de la Santa Misa de inauguración del Sínodo, a medio día como cada domingo, el Papa se ha asomado a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro. Francisco ha dado las gracias a los hermanos Paulinos que han distribuido Biblias en ocasión del centenario de su fundación.
»Con la inauguración del Sínodo de la Familia y con la ayuda de los Paulinos podemos decir: Una Biblia en cada familia» ha dicho Francisco, y ha recordado que »la Biblia no hay que ponerla en una estantería sino que hay que tenerla a la mano para leerla a menudo, cada día, ya sea de forma individual o juntos, marido y mujer, padres e hijos, quizá por la noche, especialmente el domingo. Así la familia crece, camina, con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios».
El obispo de Roma ha invitado a todos »a apoyar los trabajos del Sínodo con la oración, invocando la materna intercesión de la Virgen María». Asimismo se ha unido espiritualmente »a los que en el Santuario de Pompeya, elevan la tradicional ‘Súplica’ a la Virgen del Rosario. ¡Que conceda la paz, a las familias y al mundo entero!».