Por Jaime Septién | El Observador |
Déjenme platicarles que en El Observador proponemos una campaña muy sencilla: indignación, muy justa frente a un país agusanado por el contubernio letal del crimen y los políticos en el poder; oración, necesaria para suplicar la paz, don de Dios y voluntad de las mujeres y los hombres de bien (que, supongo, somos más que los malosos); acción específica en nuestro lugar de vida, estudio, trabajo o encuentro.
Voy a decirlo en una frase: fe con obras. ¿Qué obras? Por favor, no busquemos cambiar al mundo; busquemos cambiar nosotros. La primera obra es la cortesía. No cuesta nada y construye todo. La segunda es la solidaridad con los de al lado. La tercera es el respeto a la vida.