[Un corazón de dolor: una lectora nos comparte una reflexión desde su área]
Qué palabras le vienen a la mente cuando le digo…“caso Ayotzinapa” seguramente esta serán algunas como “estudiantes”, “educación”, “indignación”… ¡muerte! El actual problema que vivimos en México no está relacionado solo con el crimen organizado o con un hecho aislado. La muerte en nuestro país hace parecer que la ética y su estudio moral se ven reducidas a la aceptación e indiferencia de los abortos, suicidios, moving, bullying, masificación, fatalismo, videogames violentos, pornografía, fanatismo entre muchos otros.
No es por este caso que debemos recordar que algo en México está mal, este es solo la cereza del pastel, que si lo vemos para bien de México deberíamos de hacer un análisis personal en el cual renaceríamos de nuestra vida diaria rodeada de muerte, el caso Ayotzinapa es hoy buen ejemplo tomando dos palabras que aquí destacan; educación y muerte.
La muerte la vivimos a diario, y no es referida a una muerte física, esta es ya nuestra muerte anunciada desde el momento que nosotros coartamos la atención, la educación, la corrección…coartamos el amor y damos paso al miedo, indiferencia, egocentrismo o peleas.
Emmanuel Kant (1789) decía: “El hombre ha de ser la única criatura que ha de ser educada” la educación impide según Kant que el hombre fuera llevado por sus impulsos y apartado de su destino de humanidad, también decía: “El que no es ilustrado es necio, el que no es disciplinado es salvaje.
Se lo planteare de otra manera, ¿qué cosas debe usted hacer si desea tener una casa limpia y ordenada para vivir mejor? Un objetivo particular que seguramente usted necesitaría seria la organización de su familia para ello es necesario cumplirlo con unos más pequeños llamados objetivos específicos que casi ninguno de nosotros notamos pero ¡se hacen así…. día a día! pues para tener una casa limpia es necesario que esos objetivos específicos se reflejen en acciones concretas como barrer, recoger una papel que se ha caído, trapear y esos detalles que muchas veces aseguramos que le tocan a otros pero que son: constantes , en ellos todos estamos involucrados y por últimos esto requieren de ser aprendidos por medio de los hábitos (disciplina). En México ya nos hemos habituado a la muerte; la muerte se ha hecho un hábito por ello es que ya nada nos asusta y ya todo no es normal o moderno. ¡Nuestra muerte anunciada se está ya anunciando y la estamos viendo! si no revisamos nuestras acciones personales para nosotros y para nuestros semejantes; si no revisamos nuestra moral por medio de nuestra educación.
La educación en todo el mundo pretende cumplir objetivos uno de ellos es la responsabilidad la cual deriva del latín respondeo que significa responder y en la actualidad se le ha llamado responsabilidad la sociedad del hedonismo a “ser libre de hacer con tu cuerpo lo que tú quieras no importa si lentamente te matas o matas” en lugar de que se aplique el correcto sentido de responsabilidad=responder, porque ya sabias y habías sido ilustrada (o) por medio de la educación”. Por último el segundo objetivo de la educación en pos de seguir como estamos tiene también su muerte anunciada en la palabra felicidad que viene del latin felicitis que significa fecundo, fértil. ¿Y es que acaso no queremos todos ser así?
Está en nuestra con-ciencia de modo consciente trabajar con esos objetivos específicos pequeñitos e ignorados que si sustentan la vida, combatir y no alimentar más al lobo de la muerte de la infertilidad, aborto y de todos esos hábitos de muerte personales que están matándonos como sociedad.
Por Fabiola Anaid Orozco Bahena, doctora en Ciencias de la Educación