«Comunicar la familia: ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor»; es el tema que el Papa Francisco aborda en el mensaje para XLIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el domingo 17 de mayo de 2015.

el Papa dice en su mensaje que «el tema de la familia está en el centro de una profunda reflexión eclesial y de un proceso sinodal que prevé dos sínodos, uno extraordinario -apenas celebrado- y otro ordinario, convocado para el próximo mes de octubre»; y argumenta la importancia del tema escogido para este año: «la familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicar. Volver a este momento originario nos puede ayudar, tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como a observar la familia desde un nuevo punto de vista».

En el texto, el Santo Padre reflexiona el relato de «la visitación» de María a su parienta Isabel, desde el ámbito comunicativo, para iluminar el tema. «Este episodio nos muestra ante todo la comunicación como un diálogo que se entrelaza con el lenguaje del cuerpo […] Este encuentro entre dos seres a la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es nuestra primera experiencia de comunicación. Y es una experiencia que común a todos, porque todos nosotros hemos nacido de una madre».

Luego de tocar valores como  la alegría del encuentro; el aprendizaje de convivir en la diferencia; «la capacidad de abrazarse, sostenerse, acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos»; o la bendición que entrañan hijos afectados por una o más discapacidades.

También reconoce que en la familia «se experimentan los límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia, del ponerse de acuerdo. No existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos», e insiste en que hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva.  Luego enfatiza que «en un mundo donde tan a menudo se maldice, se habla mal, se siembra cizaña, se contamina nuestro ambiente humano con las habladurías, la familia puede ser una escuela de comunicación como bendición». Además exhorta a no permitir que los medios de comunicación más modernos no obstaculicen la comunicación en la familia y entre familias.

El Papa enfatiza el desafío que hoy se nos propone: «volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información. Esta es la dirección hacia la que nos empujan los potentes y valiosos medios de la comunicación contemporánea. La información es importante pero no basta, porque a menudo simplifica, contrapone las diferencias y las visiones distintas, invitando a ponerse de una u otra parte, en lugar de favorecer una visión de conjunto».

La familia, en conclusión -dice Francisco-, «no es un campo en el que se comunican opiniones, o un terreno en el que se combaten batallas ideológicas, sino un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad y un sujeto que comunica, una »comunidad comunicante». Una comunidad que sabe acompañar, festejar y fructificar».

«La familia más hermosa, protagonista y no problema, es la que sabe comunicar, partiendo del testimonio, la belleza y la riqueza de la relación entre hombre y mujer, y entre padres e hijos. No luchamos para defender el pasado, sino que trabajamos con paciencia y confianza, en todos los ambientes en que vivimos cotidianamente, para construir el futuro», concluye el mensaje de Francisco.

Puede leer el texto íntegro del mensaje aquí

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