El Observador |

En días pasado, los obispos de  la Provincia eclesiástica de Acapulco manifestaron su convicción de la necesidad de asumir, como Iglesia católica, la responsabilidad histórica  que se tiene «en este momento tan delicado y decisivo»;  y es su deseo «responder desde la perspectiva del Evangelio mediante un acompañamiento pastoral adecuado a las circunstancias y exigencias del conflicto» que se vive en Guerrero.

En un comunicado conjunto, los pastores señalan que «la crisis social y política nos tiene en suspenso a todos. Hay incertidumbre sobre la ruta y el tiempo que permanezca como tal, así como existe la posibilidad de que se siga agravando sin encontrar salidas aceptables y satisfactorias para la sociedad y para todos los actores que están involucrados tanto en la génesis de la misma como en una salida adecuada e integral».

En el mensaje, los obispos dicen que las diócesis de la Provincia de Acapulco acordaron asumir la propuesta #POR1MÉXICOENPAZ impulsada por el Episcopado Mexicano, adaptándola a las circunstancias de cada diócesis. «La oración por la paz, la campaña mediática de mensajes de paz, el diálogo social, el acompañamiento a víctimas de las violencias y la creación de centros juveniles con enfoque de paz, son las cinco líneas de acción que vamos a animar para contribuir a la construcción de la paz en Guerrero».

«De manera particular, queremos darle una importancia especial a promover el diálogo social. El diálogo es una condición necesaria para resolver los pequeños y los grandes conflictos en cualquier ámbito de la vida. En esta hora de incertidumbre, es indispensable entablar un diálogo profundo, abierto, transparente e incluyente, inspirado en el amor a la verdad y acompañado de la razón como camino para encontrar soluciones de fondo a los conflictos y a las inconformidades sociales».

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