La Dimensión del Trabajo de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPS) ha anunciado que este año está preparando a 34 promotores de 13 diócesis para formar e incubar empresas localmente que tengan como principios la economía solidaria.

«Parece un sueño hermoso construir empresas donde las personas y su dignidad estén por encima de las ganancias desproporcionadas; donde los procesos de producción tengan como enfoque el cuidado del medio ambiente, y el intercambio de los bienes se dé respetando y protegiendo los intereses de quienes los han producido; que si se requiere dinero, el financiamiento sea visto como la herramienta que es, sin buscar el lucro monetario, a una tasa de interés que sólo cubra la inflación; que si al interior de la empresa hay distintas asignaciones y responsabilidades, se deban a los talentos, capacidades y conocimientos de cada cual», señal un artículo publicado en caritasmexicana.org.

La CEPS señala que «no se trata de sembrar una nueva forma de organización, sino de alentar los esfuerzos que ya están realizando algunas comunidades y organizaciones para establecer nuevas formas de producción conjuntas y solidarias. Se trata de proyectos que son autogestionados, que buscan el autoabastecimiento local y el cuidado del ambiente; que ofrecen sus productos a un precio justo, en relación con el valor y la calidad; y que invitan al consumo responsable, sin el dispendio irresponsable del consumo actual».

Son proyectos comunitarios, tanto en su propiedad, como en su gestión. El bien de producción no puede ser dividido porque las personas son la fuente de producción y trabajo, y tampoco hay patrón ni socio capitalista, sí hay una organización en donde cada cual aporta según sus diferentes conocimientos y habilidades, con un beneficio según el impacto que el trabajo genere, pero todos los participantes tienen la misma dignidad.

El proceso durará 8 meses y se realizará en sesiones presenciales como a través de internet. Los participantes presentarán proyectos concretos a desarrollar para activar o, en su caso, dar mayor impulso a las prácticas de economía solidaria que ya vive su comunidad. Asisten personas de Saltillo, Querétaro, Colima, Hermosillo, Matamoros, Gómez Palacios, San Cristóbal de las Casas, Tula, Celaya, Zamora, San Juan de los Lagos, Torreón y Tlaxcala.

“Iniciamos esta experiencia formativa apoyados por quienes tienen esperanza y desean el mejor de los bienes para todos”, explicó en una carta Monseñor Jorge Cavazos Arizpe, al dar inicio el curso.

Durante su formación, los participantes analizarán la situación económica actual y las alternativas de solución; también, la situación en que se encuentran las comunidades donde van a desarrollar proyectos y sus necesidades; conocerán herramientas para concretar las nuevas empresas y garantizar su éxito; y evaluar si los proyectos cumplen con el fin de empoderar a la comunidad conforme a los principios de economía solidaria.05

 

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