Obispos de las diócesis fronterizas de Estados Unidos y México consagraron la frontera de ambos al corazón inmaculado de María en la Catedral Inmaculada Concepción en Brownsville, en días pasados.
Los obispos católicos de ambos lados oraron para que se termine la violencia que ha azotado a las ciudades froterizas en los últimos años, así como para alzar la voz por una reforma migratoria que beneficie a los millones de inmigrantes que han llegado al vecino país del Norte.
En una liturgia bilingüe, el Obispo Daniel E. Flores de la Diócesis católica de Brownsville dijo que la intención de los obispos reunidos era compartir las diferentes situaciones que viven las diócesis en la frontera, y buscar soluciones.
“Es una realidad lo que estamos enfrentando con las familias”, dijo Flores. “Existe la preocupación de esas familias de que nuestros jóvenes están en peligro de perder la esperanza y que existen muchas fuerzas y poderes del mundo que buscan atraer a los niños a otras actividades y otros caminos como las drogas, el alcohol y la violencia”.
El obispos de Brownsville subrayó que “sí podemos construir una sociedad de paz y no necesitamos buscar cosas que causan la ruptura de la familia o la violencia en la frontera”; a la vez que expresó que existe una gran preocupación por el trato que se les da a los migrantes en México, en su camino hacia Estados Unidos. “Nosotros escuchamos lo que nos dicen las familias, y no nos dejamos guiar por lo que dice el gobierno o lo que señalan las estadísticas”, dijo Flores.
Por su parte, el obispo Ruy Rendón de la Diócesis de Matamoros, informó que durante estos días de reunión se han buscado soluciones para el tema migratorio, en el que se busca se respete la dignidad de los migrantes. “Estamos a la expectativa del trato que los migrantes reciben aquí en Estados Unidos y que con mucha frecuencia son repatriados”. Y dijo: “Cerraremos nuestra reunión buscando algunos acuerdos. Más que hacer presión buscamos escenarios donde podamos expresar una palabra para mejorar la condición de nuestros hermanos migrantes”.
Sobre la violencia que se vive en México relacionada con el crimen organizado y que en algunos casos sacerdotes se han convertido en víctimas, Rendón señaló que en el estado de Tamaulipas no se han registrado tantos casos de religiosos que hayan sufrido agresión de miembros de organizaciones criminales como en el caso del estado de Guerrero.
“Cuando se presenta una situación de esta naturaleza, los obispos respectivos de estos sacerdotes hablan con las instancias de gobierno para pedir justicia y buscar una solución a esa situación”.
Rendón expresó que “lo que más nos afecta a los sacerdotes y obispos es el sufrimiento de nuestra misma gente, pero es muy interesante descubrir que en los pueblos el sacerdote permanece ahí buscando acompañar ese tiempo de sufrimiento a las familias de ese lugar”.
Recientemente el Papa Francisco consideró que “los hechos de violencia que han sacudido al país son parte de un castigo que el diablo inflige a México por el fervor religioso mostrado a lo largo de su historia, aunque elogió que los mexicanos tengan como virtud actuar de manera solidaria para enfrentar ese tipo de situaciones.