“Todo bautizado está llamado a testimoniar, con las palabras y la vida, que Jesús ha resucitado, que está vivo y está presente en medio de nosotros”.  Es lo que dijo el Papa Francisco durante el rezo del Regina Coelli, este domingo en la Plaza de San Pedro, al reflexionar el Evangelio del día.

El pontífice se detuvo para explicar quien es un testigo: “El testigo es uno que ha visto, que recuerda y cuenta, son los 3 verbos que describen la identidad y la misión. El testigo es uno que ha visto y se dejó involucrar por el evento. Por esto recuerda, no sólo porque sabe reconstruir en modo preciso los hechos acontecidos, sino porque esos hechos le han hablado y él acogió el sentido profundo. Entonces el testigo cuenta, no en modo frío y distraído, sino como uno que se ha dejado poner en cuestión y de ese día ha cambiado vida”.

“El contenido del testimonio cristiano- continuó- no es una teoría, una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones, tampoco un moralismo, sino un mensaje de salvación, un evento concreto, es más es una Persona: es Cristo resucitado, viviente y único Salvador de todos. Él puede ser testimoniado por aquellos que han hecho experiencia personal de Él, en la oración, en su Iglesia, a través de un camino que tiene su fundamento en el bautismo, su nutrimiento en la Eucaristía, su sigilo en la Confirmación, su continua conversión en la Penitencia. Gracias a este camino, siempre guiado por la Palabra de Dios, cada cristiano puede convertirse en testigo de Jesús resucitado. Y su testimonio es tanto más creíble cuánto más sale de un modo de vivir evangélico, alegre, lleno de coraje, apacible, misericordioso. Si en cambio el cristiano se deja agarrar por la comodidad, por la vanidad, por el egoísmo, si se vuelve sordo y ciego a la pregunta de “resurrección” de tantos hermanos, ¿cómo podrá comunicar a Jesús vivo, la potencia liberadora de Jesús vivo y de su ternura infinita?”.

María nuestra Madre- concluyó- nos sostenga con su intercesión, para que podamos convertirnos, con nuestros límites, pero con la gracia de la fe, en testigos del Señor resucitado, llevando a las personas que encontramos los dones pascuales de la alegría y de la paz”.

Antes de saludar y de desear el “buen almuerzo”, Francisco recordó a todos que hoy inicia en Turín la solemne exposición de la sagrada Síndone. Para venerarla el Papa irá Turín el próximo 21 de junio. “Deseo- agregó- que este acto de veneración no ayude a todos a encontrar en Jesucristo el Rostro misericordioso de Dios y a reconocerlo en los rostros de los hermanos, especialmente en los más sufrientes”.

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