Entrevista con Bruno Barberis, director del Centro Internacional de Sindonología |

Por Gilberto HERNÁNDEZ GARCÍA |

El doctor Bruno Barberis es director del Centro Internacional de Sindonología, una institución que tiene sus raíces en una primera entidad que, debido al creciente interés científico en la Sábana Santa, en 1936,  pone de manifiesto la necesidad de establecer una estructura para coordinar los estudios internacionales. En 1959 se sugiere la creación de un nuevo organismo, el Centro Internacional de Sindonología, para responder a las exigencias científicas de los tiempos modernos.

Platicamos con el científico italiano, no sólo sobre los estudios que se le realizan a la Síndone, sino al impacto que tiene en el mundo cristiano y su significado pastoral en estos tiempos de secularismo e increencia.

¿Qué impacto tiene la Sábana Santa en el mundo católico?

Para el mundo católico la Síndone es un objeto de enorme importancia; sin embargo la fe cristiana no se basa en la Sábana Santa, sino en los Evangelios, en el testimonio de los apóstoles, en la Tradición. La Síndone no es un dogma de fe, sin embargo es una ayuda importantísima, sobre todo hoy, porque ella es una imagen y sabemos que en la actualidad las imágenes hablan mucho más que hace cincuenta años. Es un instrumento moderno que no puede ser descuidado, porque es un modo de ver con los ojos lo que los Evangelios nos narran con palabras; es por eso que algunos han llamado a la Síndone «el quinto Evangelio», porque verdaderamente es una descripción precisa de la pasión, muerte, sepultura y resurrección de Jesús. Por otra parte, es un objeto valioso que la Iglesia, particularmente la de Turín, tiene el deber de conservar para la posteridad, por eso en los últimos años hemos cambiado el modo de conservarla, de tal manera que las generaciones futuras puedan admirarla como hoy nosotros la hacemos.

La famosa prueba del Carbono-14 que se realizó a la Sábana en la década de los ochenta, para muchos ha significado un descrédito para la Síndone, ¿cómo se recupera el «mensaje de la Sábana Santa»?

Es lógico que si hay una prueba seria y útil hay que hacerla, porque la Síndone es un objeto interesante para la ciencia puesto que es una imagen única: no hay en el mundo otra imagen similar; es, como ha dicho Juan Pablo II en 1998: «la Sábana Santa es un reto a la inteligencia», a la inteligencia del hombre moderno que piensa haber descubierto todo y de pronto se encuentra frente a una imagen que no entiende.

La prueba del carbono 14 ha señalado que la Síndone que es de procedencia medieval; sin embargo se tiene que observar con atención cuáles son los límites de este análisis. No hay que olvidar que para el examen se tomó una pequeña muestra del lienzo. Los resultados pueden ser interesantes, pero sabemos que la tela ha sufrido contaminaciones, bien por factores químicos, biológicos o físicos que no conocemos a la perfección, y que no son exclusivos de la Sábana, sino todos los tesoros antiguos la padecen, y pudieron alterar los contenidos de carbono 14, propio de un material biológico que también contiene microorganismos depositados en el curso de la historia.

Tampoco podemos soslayar la huella que ha dejado el paso del tiempo y algunos acontecimientos como el incendio que sufrió en el siglo dieciséis, además de su permanencia en un ambiente muy rico en carbono, debido a que estuvo expuesto al humo de las velas por un tiempo considerable; estos factores definitivamente también causaron un enriquecimiento en las cantidades de carbono 14.

¿Cuál ha sido el interés y la posición de los Papas respecto a la Síndone?

Los últimos tres Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, han mostrado un enorme interés por la Síndone, sobre todo por el mensaje espiritual y pastoral. Por ejemplo Juan Pablo II ha señalado que la Síndone es «el espejo del Evangelio» y también como el reflejo del sufrimiento del hombre de todos los tiempos. Benedicto XVI ha subrayado la importancia de la Sábana en un día particular: el Sábado Santo, el mensaje de este día: el momento del miedo, de la caída de todas las certezas, la Síndone es signo del sufrimiento, pero también de la resurrección que sigue el Sábado Santo.

El Papa Francisco nos ha recordado la humildad que debemos asumir de frente a esta imagen. Nos ha recordado que nos ayuda a salir de nosotros mismos el camino del Calvario y ha terminado recordando a san Francisco de Asís, como ejemplo de humildad y donación total a Cristo. Pienso que estos tres mensajes son una línea pastoral que todos podemos seguir de frente a la imagen de la Síndone.

¿Cómo «sirve» la Sábana Santa para ir al encuentro del hombre no-creyente de nuestro tiempo?

Una imagen de este tipo no puede dejarnos indiferentes, nos obliga a pensar, obliga, incluso al no-creyente a reflexionar. En la última ostensión en Turín han venido ante la Síndone muchos no-cristianos: musulmanes, judíos y también no-creyentes, los cuales no han acudido por su fe sino por curiosidad. Estoy seguro que después de su visita a la Síndone no pueden permanecer como antes, algo en ellos ha cambiado, porque es una imagen que interroga, que «golpea», que lanza una mirada profunda. Estoy convencido que la Síndone, aunque aún no esté certificado como una aparición milagrosa, como sucede en Guadalupe o Fátima o Lourdes, provoca muchas conversiones interiores; en este sentido pienso que es un instrumento privilegiado para la nueva evangelización, porque es un instrumento de hoy que habla directo al hombre de hoy.

 

 

 

 

 

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