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Las Little Sisters of the Poor  (Hermanitas de los Pobres por su nombre en español) continuarán persiguiendo su última esperanza en la batalla legal sobre la libertad religiosa, al llevar su petición a la Corte Suprema de los Estados Unidos.

Esta congregación religiosa, presente en Denver desde hace casi 100 años, tiene una casa que brinda hospitalidad a 63 ancianos, está pidiendo a la Corte Suprema que las dispense del Mandato federal de la Salud y los Servicios Humanos (HHS), dispuesta por el Obamacare, que obliga a las empresas que los seguros de salud de sus empleados incluyan métodos anticoncepción, abortos y esterilizaciones, requisito que viola las creencias de esta comunidad religiosa.

Imposición de prácticas anti-vida

El 14 de julio, el 10º Circuito del Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos falló en contra de esta comunidad, determinando que no pueden acogerse a la exención que el Mandato del Departamento de Salud establece para instituciones religiosas (como las diócesis o las parroquias), pero que no extiende a quienes prestan servicios sociales, aunque se trate de una congregación religiosa.

Ante este fallo las Hermanitas de los Pobres y sus abogados del Becket Fund for Religious Liberty(Fundación Becket para la Libertad Religiosa) presentaron el pasado 23 de julio una petición a la Corte Suprema para que escuchen su caso y les concedan la protección contra el mandato HHS, que es una parte del Affordable Care Act  (Ley del Cuidado de Salud Asequible).

La decisión se produjo poco después de que el 10º Circuito de la Corte de Apelaciones del país rechazara su reclamo que decía que el mandato sería una violación a su conciencia y que las exoneraciones existentes “las liberarían de llevarlo a cabo”.

Sin embargo, las religiosas argumentan que el firmar el formulario de renuncia para obtener una exoneración “las haría moralmente cómplices en el pecado,  contradiría su testimonio público sobre la defensa de la vida, y correrían el riesgo de llevar a otros por el camino equivocado”.  De hecho, el formulario, autorizaría a terceros a proporcionar los servicios que ellas encuentran moralmente censurables.

El tribunal dijo que las hermanas están ante dos opciones: Violar sus creencias religiosas o pagar grandes multas al IRS (Servicio de Impuestos Internos por sus siglas en inglés), que según la Fundación Becket, costarían alrededor de 6,700 dólares al día, lo que equivale a 2.5 millones de dólares al año.

La hermana Loraine Marie Maguire, Madre Provincial de las Hermanitas de los Pobres en Colorado, dijo que ellas solo quieren servir a los ancianos, lo que constituye el principal carisma de esta congregación.

“Nosotras llevamos a cabo este amoroso ministerio debido a nuestra fe y simplemente no podemos elegir entre nuestra atención a los ancianos pobres y nuestra fe; y no tendríamos por qué hacerlo. Esperamos que la Corte Suprema escuche nuestro caso y asegure que las personas de diversas religiones puedan seguir libremente el llamado de Dios en sus vidas”.

La Fundación Becket dijo que es probable que la Corte Suprema considere todas las peticiones a fines de septiembre o principios de octubre. Si se concede la petición, el caso se podría argumentar y decidir antes del final del término en junio del 2016.

Según el abogado Mark Rienzi, de la Fundación Becket, “las hermanas consideran inmoral ayudar al gobierno a distribuir estos medicamentos. Pero éste, en lugar de exonerarlas, insiste en que deben hacerse cargo de la atención médica de los  empleados para distribuirles los medicamentos, mientras descartan sus objeciones morales y las toman como irrelevantes”.

“En los Estados Unidos, los jueces y los burócratas del gobierno no tienen autoridad para decirle a las Hermanitas de los Pobres lo que es moral o inmoral. Y el gobierno puede distribuir sus medicamentos sin monjas —este tiene sus propios intercambios de salud que pueden proporcionar lo que sea que ellos quieran”.

The Becket Fund  es una firma de abogados, sin fines de lucro, dedicada a la protección de la libre expresión de todas las tradiciones religiosas.

Las Hermanitas de los Pobres, es una congregación fundada por Santa Juana Jugan en 1839 en Saint-Servan, Francia y viven el voto de hospitalidad, que consiste en dedicarse al cuidado de los ancianos y ser una sola una familia con ellos.

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