A la hora del Ángelus dominical del primer domingo de octubre, el Papa Franciscorecordó la celebración eucarística apenas celebrada en la Basílica de san Pedro, con la que se dio inicio a la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. “Tendremos la mirada fija en Jesús para individuar, sobre la base de su enseñanza de verdad y de misericordia, los caminos más oportunos para un compromiso adecuado de la Iglesia con lasfamilias y para las familias”, recalcó el Obispo de Roma hablando de la tarea que les espera los padres sinodales.

Citando el Libro del Génesis de la liturgia de este domingo, que se refiere a la complementariedad y reciprocidad entre hombre y mujer, el Pontífice subrayó que “Dios es amor que viene donado a los esposos en el Sacramento del matrimonio”.  Este amor, que alimenta su relación y suscita el deseo de generar hijos – dijo – es el mismo amor que, en el Evangelio de hoy, Jesús manifiesta a los niños cuando dice: “Dejen que los niños se acerquen a mí…”

Francisco invitó luego a pedir al Señor para que “todos los padres y los educadores del mundo, como así también la entera sociedad, se vuelvan instrumentos de aquella acogida y de aquel amor con el cual Jesús abraza a los más pequeños”.  Y recordando a los niños infelices, que escapan de pobreza y conflictos implorando nuestra ayuda, invocó la ayuda del Señor “para que nos ayude no ser sociedad-fortaleza, sino sociedad-familia, capaces de acoger, con reglas adecuadas, pero acoger.

El Papa Bergoglio concluyó invitando a rezar por los trabajos del sínodo e invocó la intercesión de la Virgen María, en unión espiritual con quienes hoy en el Santuario de Pompeya recitan la “Súplica a la Virgen del Rosario”.

Información: VIS

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