Por Rubicela Muñiz
El Teatro de la República, de la ciudad de Querétaro, fue el punto de encuentro para recibir al Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, el cardenal Peter Turkson, al Presidente de la Fundación Desarrollo Humano Sustentable, Felipe Calderón Hinojosa, y al Ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Francisco Barnés de Castro. Los tres expusieron los peligros del cambio cli-mático y su repercusión en los más pobres, así como las consecuencias de no adoptar una ecología integral como lo sugiere Laudato si.
El director general del CISAV, Rodrigo Guerra, fue el encargado de hacer la presentación del Foro y destacó que «la Encíclica nos invita a entender que la Iglesia no desea asentar la última palabra sobre medio ambiente sino invitar al diálogo. Ha sido sorprendente cómo ha sido recibida por los principales centros de investigación científica dedicados al cuidado del medio ambiente, por líderes políticos y por la sociedad en general, así como por los grupos preocupados por el medio ambiente».
Guerra señaló la importancia de «escuchar las propuestas y reflexiones del entorno natural y su interacción con las personas, pues todo está conectado. Lo que suceda en la vida de una persona, sobre todo si es pobre y vulnerable, todo está conectado. Porque todo influye en las personas necesitamos reconsiderar de manera responsable; hagamos una esfuerzo por conectar la ciencia con la conciencia, la convicciones con el dialogo, las libertades individuales con la Iglesia, para abrir un diálogo y una discusión, para el bien común».
HACIA EL FUTURO
El punto de vista académico estuvo a cargo del doctor Francisco Barnés de Castro quien reflexionó sobre el problema del cambio climático, lo que determina el clima, causas, y consecuencias pre-decibles, así como quiénes son los responsables y las posibles soluciones.
Barnés se centró en los gases causantes del incremento de temperatura en el planeta, aquellos que provocan un efecto invernadero, y, como consecuencia, cambios climáticos que terminan afectando a la población más vulnerable.
«Debemos cambiar la forma de hacer las cosas. Si pronosticamos hacia el futuro, para el año de 2100 el nivel de los mares incrementará, los deshielos también. Habrá problemas de escasez de agua, de inundaciones, de ecosistemas, clima extremo, inundaciones, sequías, huracanes. Habrá cambios irreversibles. Si no tomamos acciones desde ahora, alcanzar la meta después será más costoso y difícil».
LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
El enfoque desde las políticas públicas fue abordado por el Presi-dente de la Fundación Desarrollo Humano Sustentable, Felipe Calderón Hinojosa.
Calderón coincidió con Barnés en que los efectos del cambio climático recaen sobre las personas más pobres y agregó que «ser conscientes de los efectos catastróficos alude a que haya un trasfondo ético para las generaciones futuras. Yo considero que el desarrollo humano sustentable también puede inspirarse en las políticas públicas para el cuidado de la casa común. Es un concepto integral de desarrollo, solidaridad, justicia y caridad en un principio».
«El camino que Laudato si nos invita a recorrer es un auténtico desarrollo humano que no puede entenderse si no tiene un carácter ético y si no pone en el centro de su pensamiento el respeto a la persona humana».
IGLESIA ABIERTA AL DIÁLOGO
La última intervención estuvo a cargo del cardenal Peter Turkson quien resaltó que la única modalidad del Papa Francisco para dar a conocer Laudato si, es el diálogo.
«Con Laudato si el Papa Francisco ha enriquecido la enseñanza de la Iglesia sobre la relación entre ecología natural y humana. La preocupación por los pobres y las futuras generaciones.
«En ella señala que cuando se habla de medio ambiente se indica que hay una relación, la que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita».
Destacó que estamos llamados a tres consideraciones: «ser protectores de la creación, cuidar aquello que veneramos y apreciamos, promover el dialogo y la solidaridad moral».
El cardenal acentuó que las políticas públicas son instrumentos para el cambio climático, pero que si no «hay una conversión moral y en sus corazones» no son suficientes. Dijo que «el Papa Francisco insta a todos a una conversión ecológica de acuerdo con la expresión de San Juan Pablo II: cambiar de dirección asumiendo la belleza y la tarea de nuestra casa común, pues la humanidad tiene la capacidad para construir nuestra casa común.
«El Santo Padre pide un debate honesto y abierto, de modo que ni los intereses ni las ideologías perjudiquen el bien común. Sin olvidar que el mayor obstáculo para lograr el derrumbe no es económico ni científico, sino más bien el obstáculo está en nuestra mente y en nuestro corazón».
Finalizó invitando a los presentes a sumarse en sus ciudades el próximo 29 de noviembre a la Marcha Mundial por el Clima, en un llamado a la «responsabilidad y a la solidaridad para construir el reino de Dios a través del diálogo y la acción».