El testimonio de Jesús, que en muchos lugares llega hasta el martirio, “se ha hecho una experiencia común de católicos, ortodoxos, anglicanos, protestantes, evangélicos y pentecostales, que es mucho más profunda y fuerte que las diferencias que todavía separan nuestras Iglesias y comunidades eclesiales”. Lo escribe el Papa en un mensaje enviado al Cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos, y a los participantes en la reunión del Global Christian Forum, que se desarrolló en Tirana del 2 al 4 de noviembre, sobre el tema: “Discriminación, persecución, martirio: siguiendo a Cristo juntos”.

“Pienso con gran tristeza – escribe Francisco – en el aumento de las crecientes discriminaciones y persecuciones de los cristianos de Oriente Medio, de África y de Asia y de otros lugares del mundo Vuestra reunión demuestra que, como Cristianos, no somos indiferentes a los sufrimientos de los hermanos y de las hermanas. En diversas partes del mundo, el testimonio de Cristo, a veces hasta derramar la sangre, se ha hecho una experiencia común de católicos, ortodoxos, anglicanos, protestantes, evangélicos y pentecostales, que es mucho más profunda y fuerte que las diferencias que todavía separan nuestras Iglesias y comunidades eclesiales. La communio martyrum es el signo más evidente de nuestro camino común”.

“Al mismo tiempo, vuestra reunión dará voz a las víctimas de tal injusticia y violencia, y buscará mostrar la vía que guíe a la familia humana fuera de esta trágica situación. Con estos sentimientos, os aseguro mi cercanía espiritual. Que los mártires de hoy, pertenecientes a muchas tradiciones cristianas, puedan ayudarnos a comprender que todos los bautizados son miembros del mismo Cuerpo de Cristo, Su Iglesia (cf. 1Cor 12,12-30). Que podamos considerar esta profunda verdad como una llamada a perseverar en nuestro camino ecuménico hacia la plena y visible comunión, creciendo siempre en el amor y en la recíproca comprensión”.

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