“Vengo como mensajero de paz” y “ministro del Evangelio” para proclamar el amor de Jesús y su mensaje de “reconciliación, perdón y paz”. Lo dice el Papa en dos video-mensajes difundidos en Kenia, Uganda y en la República Centroafricana en la vigilia del viaje que Francisco realizará a los tres países del 25 al 30 de noviembre.
En el mensaje a la República Centroafricana, además, recuerda que en aquel país, el 29 abrirá la Puerta Santa de la catedral de Bangui, abriendo así, “un poco anticipadamente”, el Año Santo de la Misericordia, que, espero, sea para cada uno la ocasión providencial de un auténtico perdón, tanto para recibir como para darlo, y de una renovación en el amor”.
“Vuestro país-prosigue el mensaje- conoce desde hace demasiado tiempo situaciones de violencia y de inseguridad, de las cuales muchos de vosotros sois víctimas inocentes. La finalidad de mi vista es, en primer lugar, llevar, en nombre de Jesús, la confortación de la consolación y de la esperanza. Espero, de todo corazón, que mi visita pueda contribuir de un un modo u otro, a aliviar vuestras heridas y a abrir un futuro más sereno para la Africa Central y para todos sus habitantes”.
“El tema del viaje será: pasemos a la otra orilla. Es un tema que invita a vuestras comunidades cristianas a mirar resueltamente hacia adelante y alienta a cada uno a renovar su relación con Dios y con sus hermanos, para edificar un mundo más justo y más fraterno”.
A Kenia y a Uganda, primeras etapas de su viaje, el Papa dice que su visita “tiene la finalidad de confirmar a la comunidad católica en su culto a Dios y su testimonio del Evangelio, que enseña la dignidad de cada hombre y mujer, y que nos pide abrir el corazón a los demás, especialmente a los pobres y a los necesitados”.
“Al mismo tiempo, deseo encontrar a todas las personas de Kenia y Uganda, para ofrecer a todos una palabra de aliento. Vivimos una época en la cual los creyentes y las personas de buena voluntad en todo el mundo, están llamados a promover la comprensión y el respeto recíproco, y a apoyarse unos a otros como miembros de nuestra familia humana. Para todos nosotros, son hijos de Dios. Punto culminante de mi visita serán mis encuentros con los jóvenes, que son nuestro más grande recurso y nuestra esperanza más ´prometedora para un futuro de solidaridad, de paz y de progreso”.