La Red Eclesial Panamazónica – REPAM y el Movimiento Católico Mundial por el Clima – MCMC han expresado su enérgica condena al brutal asesinato de la líder indígena y ambiental hondureña, Berta Cáceres. «Unimos nuestras voces a miles de personas e instituciones que reclaman justicia ante este hecho lamentable y doloroso que nos arrebata de manera violenta a una mujer valiente, madre, esposa, activista y defensora de los Derechos Humanos», dice el comunicado hecho público este 4 de marzo.
«La muerte de Berta Cáceres nos une en misión en la defensa de la vida, de la tierra, de los derechos de tantos pueblos, de las generaciones futuras. Esta muerte nos grita, lejos de callarnos, nos mueve, nos llama a demandar justicia. Nos convoca a estar unidos, para resistir y para exigir», señala la REPAM.
Berta Cáceres, desde su identidad indígena Lenca, fue cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) para luchar por sus derechos . Ella lideró la oposición pacífica a la construcción de una presa que habría destruido las tierras agrícolas de las comunidades locales y limitado su acceso al agua potable. Por sus acciones, fue galardonada con el Premio Goldman el año pasado, el más alto reconocimiento para el activismo ambiental.
«Defender el medio ambiente, defender los derechos humanos, defender la Casa Común de la humanidad, fue su “delito” que los poderosos no perdonaron. La vida de Berta y otros líderes indígenas ha estado bajo amenaza en repetidas ocasiones, pero con valor han continuado y continúan su trabajo. Las autoridades hondureñas han sido continuamente presionadas por los organismos internacionales y los gobiernos para garantizar la seguridad de los defensores de los Derechos Humanos. Hoy somos testigos del precio de su falta de acción», señalan las organizaciones ambientalistas de espíritu católico.
La REPAM y el MCMC, señalan, «unimos nuestras oraciones, junto a sus familiares, personas amigas y compañeras de Berta. Y hacemos un llamado urgente a todas las entidades y organismos de justicia internacional y del Gobierno de Honduras para que se sancione a los culpables de este lamentable asesinato y exigimos que se haga todo lo posible para detener la violencia y la intimidación contra activistas sociales».
«Honduras está de luto, los indígenas, los campesinos, la Pan Amazonía, América Latina y el mundo claman por la injustica y la violencia, demandan y exigen respuestas contundentes frente a las muertes, asesinatos, encarcelaciones, silencios, indiferencias, inoperancias, indolencias, de los gobiernos y de la sociedad. No más impunidad, no más persecución, no más asesinatos de luchadores que defienden una vida digna para sus pueblos y para la humanidad», concluye el comunicado