El Papa Francisco quiere establecer una comisión oficial para «estudiar el tema» del diaconado en la Iglesia primitiva, en particular en lo que se refiere al papel de las «diaconisas», o lo que en realidad fueron encargadas de hacer. Ha sido lo mismo que Francisco ha dicho durante la reunión con más de 800 superioras generales que participan en la reunión de la Unión Internacional que las recoge. El anuncio provocó reacciones de júbilo en la mayoría de los entornos del «laicado» injustificadas en sustancia – basta mirar a los ejemplos presentados por el Papa -, pero comprensible a la luz de la forma en que se lee – y no con poca frecuencia instrumentalizada – lo que dice Francisco.
«Diaconisas» aparte, relevante en la reunión celebrada ayer, las declaraciones del Papa – que respondió a algunas preguntas planteadas por las monjas – sobre el «genio femenino» y luego sobre el papel que las mujeres también deben tener en la formación de los procesos de toma de decisiones en la Iglesia. «Debido a que ella mira la vida con sus ojos, y nosotros, los hombres no podemos verlo de esa manera. Es la forma de ver un problema, para ver cualquier cosa en una mujer es diferente de lo que es para los hombres. Ellos deben ser complementarios y en las consultas es importante que haya mujeres».
Otro tema «caliente», fue la de las posibilidades para dar la homilía de la misa. El Papa respondió, poniendo de relieve la diferencia entre el sermón pronunciado durante una Liturgia de la Palabra en la liturgia eucarística. «No hay ningún problema – dijo – que una mujer – un religioso o secular – haga la predica en una Liturgia de la Palabra. No hay problema. Pero en la Celebración Eucarística es un problema litúrgico-dogmática, porque la celebración es una – la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística, es una unidad – y el que preside es Jesucristo. El sacerdote o el obispo que preside lo hace en la persona de Jesucristo. Es una realidad teológica y litúrgica. En esa situación, ya que no hay ordenación de las mujeres, no pueden presidir. Sin embargo, se puede estudiar más y explicar por qué más rápidamente y un poco más simple que hasta ahora».
El tema ha servido para que Francisco también advierta contra «dos tentaciones» relacionados con el tema de la homilía. «El primero es el feminismo: el papel de la mujer en la Iglesia no es feminismo, ¡es correcto! Es un derecho de las bautizadas con los carismas y los dones que el Espíritu ha dado. No hay que caer en el feminismo, porque esto reduciría la importancia de una mujer. No veo, en este momento, un gran peligro de esto entre los religiosos. Yo no lo veo. Tal vez, pero por lo general no existe. El otro peligro, que es una tentación muy fuerte, y yao hablamos de ello en varias ocasiones, es el clericalismo. Y esto es muy fuerte. Creemos que hoy en día más del 60 por ciento de las parroquias – las diócesis no sé, pero sólo un poco menos – no tienen el Consejo de Economía y el consejo pastoral. ¿Qué significa eso? Que la parroquia y la diócesis es conducido con un espíritu de oficina, sólo por el cura, que no está implementando la parroquia sinodal, el sinodal de la diócesis, que no es nuevo con este Papa. ¡No! Está en el Derecho Canónico, es una obligación que el párroco cuente con el asesoramiento de los laicos, para y con los laicos, seculares y religiosos para la pastoral y el comité de finanzas. Y esto no lo hacen. Y este es el peligro del clericalismo en la Iglesia de hoy. Tenemos que seguir adelante y eliminar este peligro, porque el sacerdote es un servidor de la comunidad, el Obispo es un servidor de la comunidad, pero no es el jefe de una empresa. ¡No!».
Después, el Papa habló a favor de la idea de «prolongar un poco» los votos temporales en la vida consagrada. «En la vida consagrada – dijo – que alguna vez me golpeó – positivamente – la intuición de San Vicente de Paul: vio que las hermanas de la Caridad tuvieron que hacer un trabajo tan fuerte, tan» peligroso», justo en la frontera, por lo cual todos los años se debe renovar sus votos. Sólo por un año. Pero lo había hecho como carisma, no como una cultura de la provisional: para dar libertad. Creo que en la vida consagrada los primeros votos facilitan esto. Y, no sé, se ve, pero estaría muy posiblemente propicio para prolongar los votos temporales un poco», por esta cultura de la provisional de los jóvenes de hoy… ¡es prolongar el compromiso antes de hacer la boda! Esto es importante».
Volviendo al tema de las «diaconisas», Francis dijo que «de hecho, esta es antiguo: hubo un comienzo… Recuerdo que era un tema que me interesó lo suficiente cuando estaba en Roma para las reuniones, y yo estaba alojado en el Domus Pablo VI; hubo un teólogo sirio, bravo, que hizo la edición crítica y la traducción de los himnos de San Efrén el Sirio. Y un día le pregunté sobre esto, y me explicó que en los primeros días de la Iglesia hubo algunas diaconisas». Pero ¿cuáles son estos diaconisas? ¿Tenían la ordenación o no? Se habla del Concilio de Calcedonia (451), pero es un «poco oscuro. ¿Cuál fue el papel de las mujeres diaconisas en aquellos días? Parece – me dijo el hombre, que ya murió, que era un buen maestro, sabio, erudito – parece que el papel de las mujeres diaconisas era para ayudar en el bautismo de las mujeres, la inmersión, las bautizaban ellas para la decoración, incluso hacer unciones en los cuerpos de las mujeres, en el bautismo. Y una cosa curiosa: Cuando había un juicio matrimonial porque un marido golpeaba a su mujer, y se iba donde el obispo a quejarse, las diaconisas eran las encargadas de ver los moretones dejados en el cuerpo de la mujer por los golpes de su marido e informan al obispo. Esto, recuerdo».
«Hay algunas publicaciones sobre el diaconado en la Iglesia, pero no está claro cómo era. Creo que voy a pedir a la Congregación para la Doctrina de la Fe que me refieran acerca de los estudios sobre este tema, porque he dicho, sólo tengo como base lo que había oído de este cura que era un académico e investigador válido, el diaconado permanente. Y también me gustaría establecer una comisión oficial para estudiar el tema y creo que será bueno para la Iglesia aclarar este punto; Estoy de acuerdo, y voy a hablar de hacer algo en este punto».