Por Fernando PASCUAL │
¿Qué es una pregunta distorsionada? Es una pregunta que plantea un problema de forma parcial, incompleta, manipulada, para orientar la respuesta hacia un objetivo más o menos deseado por quien formula la pregunta.
Fijémonos simplemente en un ejemplo. ¿Es correcto invertir una enorme cantidad de dinero en atender a los enfermos terminales, cuando con ese dinero se podría dar de comer a miles de niños que padecen hambre?
La pregunta puede hacer pensar (y quiere hacer pensar) que el dinero destinado a ciertas atenciones a los enfermos terminales impide asistir a otros seres humanos que también necesitan urgentemente ayudas humanitarias.
Pero la pregunta es parcial y manipuladora. En primer lugar, porque hay otras maneras de conseguir dinero para aliviar el hambre de los niños. Bastaría con pensar en los millones que se obtendrían si se eliminase la evasión fiscal y la corrupción de algunos políticos…
En segundo lugar, porque muchos Estados invierten en armas y sistemas defensivos un importante porcentaje del presupuesto, y con una parte de ese dinero sería posible alimentar a miles y miles de niños y adultos que padecen hambre.
En tercer lugar, porque en muchas sociedades la gente gasta buena parte de su dinero en aparatos, cine, vacaciones, y otra serie de actividades a las que podría renunciar para ofrecer una ayuda económica a los más pobres y necesitados.
Las preguntas distorsionadas impiden abrir los ojos a la situación real en la que vivimos y propone “remedios” que son, en algunos casos, peores que la “enfermedad”. Porque, volviendo la mirada a nuestro ejemplo, nunca será justo quitar a algunos enfermos la atención que se les ofrece con la excusa de que se busca así ayudar a otros seres humanos necesitados, cuando existen otros modos de reorganizar el gasto público y de atender a casi todos.
Frente a las preguntas distorsionadas que aparecen aquí y allá, vale la pena un esfuerzo reflexivo para denunciar antinomias falsas, alternativas engañosas y formulaciones manipuladas, y para promover preguntas sanas.
Entonces habrá más preguntas bien formuladas, porque estarán situadas en un horizonte correcto y equilibrado. Lo cual es la mejor ayuda para responder ante las mismas, abiertos a las diversas posibilidades que existen cuando se trata de buscar soluciones a los numerosos problemas humanos.