En el mundo hay 34 millones de personas que viven refugiadas o desplazadas dentro de sus propios países, y que han sido obligadas a abandonar sus hogares y la sociedad tiene que hacer frente a un número cada vez mayor de desplazados. Hoy se rinde homenaje a quienes, con fortaleza y esperanza, superan enormes dificultades para rehacer sus vidas tras huir de la violencia, la guerra, los desastres naturales, la persecución y las violaciones de derechos humanos.
Cada minuto, ocho personas lo dejan todo para huir de la guerra, la persecución o el terror y la mayoría tiene que elegir entre algo horrible o algo aún peor. Según la ONU, cada día alrededor de 26.000 personas se ven obligadas a abandonar su hogar a causa de la violencia y las persecuciones por motivos de raza, sexo, religión, opinión política o pertenencia a un determinado grupo social.
El número de refugiados alcanzó a mediados del año pasado los 15,1 millones de personas en todo el mundo, la mayor cifra desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (IOM. Ese número representa un aumento del 45% con respecto al momento en que se inició el conflicto sirio, hace más de cinco años.
Lo más grave es que casi la mitad de los más de 34 millones de personas refugiadas y desplazadas internas que hay en el mundo no ha cumplido aún la mayoría de edad y muchos llegan a otros países solos.
La realidad de los refugiados siempre ha formado parte de la misión de los Salesianos en el mundo. Don Bosco, en los orígenes de la congregación, se entregó en cuerpo y alma a la acogida, ayuda, alimentación, educación y preparación para el futuro de los jóvenes emigrantes que llegaban a Turín.
En la actualidad son muchas las iniciativas que los misioneros salesianos desarrollan en el mundo para atender a la población refugiada y desplazada que, sobre todo por la guerra, ve vulnerados sus derechos y cada día va en aumento. En total, los Salesianos atienen en la actualidad a casi medio millón de refugiados en el mundo en centros de acogida, asentamientos temporales y en sus propias instalaciones en los cinco continentes (Centroafricana, Kenia, Sudán del Sur, Congo, Siria, Estambul, Pakistán, Ucrania, India, Costa de Marfil, Malí…)
El año 2015 también fue el que más muertes de refugiados produjo en su intento de cruzar fronteras. Más de 5.400 refugiados murieron o están desaparecidos y, tristemente, este 2016 va camino de superar esa cifra.
El aumento del número de peticionarios de asilo se debe ante todo al creciente flujo de personas procedentes de Siria, Afganistán e Irak. Sin embargo, la mayor parte de los refugiados se encuentra en países vecinos a las zonas en conflicto. Así, por ejemplo, buena parte de la población desplazada por el conflicto sirio está en países fronterizos. Turquía alberga a 2,2 millones de refugiados sirios, Líbano a 1,2 millones y Jordania a 630.000.
