EL OBSERVADOR LATINOAMERICANO |

La Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) ha hecho público un mensaje titulado «Dios ama la justicia y el derecho«, en el cual denuncian la situación socio-política que está viviendo el país centroamericano y a la que califican de preocupante,  ya que afecta a todos los guatemaltecos.

La CEG señala que existe una “parálisis institucional” que se manifiesta de diversas maneras: «En el ejecutivo percibimos graves dificultades para llevar adelante acciones concretas. En el legislativo hay bloqueos dentro de los diputados y señalamientos graves contra no pocos de ellos. En el judicial vemos rezagos enormes que impiden llevar adelante una justicia pronta, imparcial y ajena a injerencias de poderes externos e internos», se lee en el documento.

El año pasado, los obispos de Guatemala ya se habían expresado en el mismo tenor, en un mensaje que llamaron “Nos duele Guatemala”. “Necesitamos fortalecer la democracia que tenemos para hacerla más expresiva de la defensa del bien común y de la promoción de la dignidad humana, que garantice el imperio de la ley para todos los sectores sin exclusión. Necesitamos ciudadanos y funcionarios honestos, con conciencia ética y sentido de responsabilidad moral en el manejo de los asuntos públicos y privados.”

Los prelados expresan que las demandas legítimas y sensatas de los distintos sectores de la sociedad civil no encuentran espacios suficientes para priorizar, dirimir y establecer mecanismos de negociación que tengan al final el bien común como meta suprema.

Los obispos ponen el dedo en la llaga al señalar que «la lucha contra la corrupción es fundamental pero es necesario enmarcarla en los objetivos inmediatos de construcción de un proyecto de país que brota jurídicamente del proemio de la Constitución, en el que se afirma la primacía de la persona humana como sujeto y fin del orden social; se reconoce a la familia como génesis primaria y fundamental de los valores espirituales y morales de la sociedad y al Estado como responsable de la promoción del bien común».

La CEG, dice que lo que les mueve a denunciar el estado de cosas es porque quiere «una Guatemala distinta y nos comprometemos para que la verdad del Evangelio sea nuestra mayor contribución al cambio social y ético que como país necesitamos», a la vez que invita a los católicos a orar por sus gobernantes.

 

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