Por Francisco Xavier SÁNCHEZ |

Comparto con ustedes un texto que me ha enviado una amiga, sobre sus reflexiones en torno a iniciar un nuevo año. Gracias SG. ¿Triste por alguna pérdida o fracaso? ¿Enojado porque no has logrado lo que querías? ¿Indiferente a las fechas festivas? … O tal vez; ¿Feliz por la oportunidad de vivir? !!! Cada quien decide cómo afronta estos últimos momentos, y cómo recibe el año que comienza. Todo está en ti. No culpes a la vida por tus decepciones, no vivas molesto por los golpes y fracasos. Vive en cambio agradecido, porque el Don de la vida, es el más grande regalo que hemos recibido del creador.

Recuerda que los momentos de dolor, te permiten disfrutar de los momentos de alegría. Y que las experiencias dolorosas, son las que te han permitido crecer y fortalecerte. No te angusties por planificar cada detalle de la celebración, ni ocupes tu tiempo estresado por los preparativos de grandes banquetes… no es eso lo que tiene valor, el verdadero valor  lo tienen las personas que te rodean. A ellas regálales tu tiempo y tu atención. No te preocupes en pedir 12 deseos apresuradamente, tratando de pensar en lo inalcanzable o sólo lo material… todo ello, no lo necesitas. Mejor ocúpate de agradecer con cada campanada, como si cada una significara un latido de tu corazón, y un suspiro de tu alma. La gratitud es justamente el espíritu que nos permite sentir que somos felices con lo que tenemos.

Da pues las gracias a este año que termina, siéntete completo, siéntete satisfecho, así como eres; Dios te ama. Y más allá de los propósitos y metas, esfuérzate tan sólo por ser la mejor versión de ti mismo. No esperes este año con mentalidad mediocre de cometer los mismos errores y de quedarte atrapado en tus miserias, cambia lo que quieres cambiar, sé lo mejor que puedes ser, descubre la verdad que hay en tu corazón, da gloria y honor al Padre, y pídele que te ayude para ser humilde y sencillo de corazón, ocúpate de agradar a Dios y de servir a los hombres, entrégate a tus hermanos. Pregúntate:  cuántos corazones sané este año? Cuántas sonrisas provoqué?… o cuánto dolor causé? De todo lo malo que hay en ti, arrepiéntete de corazón, el Señor lo olvida y te da la oportunidad de volver a empezar, esta vez puedes hacerlo bien.

Tienes 365 oportunidades de dar amor a tu prójimo, por favor, no pierdas tiempo. Vive, ama, perdona. ¿Aún sientes que no tienes nada que agradecer? Piensa en aquellas personas que lo pasarán solos… porque viven solos, en aquellos inocentes que esta noche no escucharán campanas, sino bombas de guerra y gritos de terror, piensa en las familias que no podrán reír, porque viven atemorizadas, separadas, piensa en aquellos que no podrán siquiera abrazar a los suyos, pues la violencia los ha separado, piensa en los que tienen el corazón angustiado por la inseguridad. Entonces dime… ¿cuál es tu excusa? Cuál es tu razón para no dar gracias por todo lo que tienes, si lo que posees es un gran tesoro.

¿Y sabes qué? Aquellas personas que viven en sufrimiento, aunque no lo creas, pueden ser mucho más agradecidas que tu, no porque no puedan aspirar a más, sino porque saben apreciar lo menos, porque simplemente no esperan grandes cosas para ser felices. Feliz es aquel que sabe agradecer, pues no le hace falta nada. Dichoso es aquel que ama y agradece por un año más de experiencias, por un año más de vida.

Gracias 2016. Gracias porque pude vivirte. Ciertamente con altas y con bajas, con amistades ganadas, y otras pérdidas. Pero tengo todo para vivir agradecido, tengo todo para decir; te dejo ir. Y a ti 2017; te recibo con fe. Feliz fin de año amigos y familia. Que el creador les colme de abundantes bendiciones y les permita mantener sus corazones abiertos, para amar a los demás. Que reciban amor y paz.

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