A propósito de que este domingo III del Tiempo Ordinario estaremos leyendo el pasaje evangélico de las Bienavnturanzas (enmarcado en el discurso mayor del Sermón de la Montaña, como se le conoce), encontré un libro escrito por el padre fray Sergio Hernández Moreno, franciscano oriundo de El Pueblito, Querétaro; teólogo y filósofo, formador de muchas generaciones de frailes de la Provincia franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán.

¿Fabula, idealismo, utopía?

Para muchos, tal vez, el Sermón del Monte puede sonar a fábula, a idealismo ingenuo, quizá lejano, imposible y francamente contrario a la realidad que vivimos envueltos por el poder, el dinero, la fama, el consumo y la felicidad barata de los bienes de esta tierra.

Como dice fray Sergio Hernández Moreno, OFM: «Confiar en Jesús, en su palabra y en su Reino es algo que no tiene cabida en la vida práctica del cristiano aplastado por el mundo consumista. A este cristiano secularizado le basta ir de vez en cuando a la iglesia, y que su vida corra por el camino de un egocentrismo intimista y personal».

Las palabras del Sermón del Monte ofrecen un camino distinto de los senderos de este mundo, pero exigen decisión, firmeza, fidelidad y fortaleza, porque toda decisión y opción incluye necesariamente una renuncia. El símbolo del «monte» nos habla de cruz que implica llegar a la cima, nos habla de la cercanía de Dios que sólo se consigue con una respuesta de esfuerzo.

No sólo buenos deseos

En este sencillo texto el padre Sergio nos recuerda que en el seguimiento de Jesús las Bienaventuranzas nos impiden «quedarnos en buenos deseos». El Sermón del Monte quiere que el Evangelio se convierta en acción concreta y visible, que sea «sal y luz» del mundo. No es la idolatría de la miseria o de la esclavitud, sino el sentido cristiano de la responsabilidad humana animada por el Espíritu del Señor.

El fraile franciscano asegura que las Bienaventuranzas «nos exigen una actitud nueva ante el mundo que nos rodea; no condena ni demoniza este mundo, pero esas palabras nos descubren un Reino que no admite dudas ni vuelta atrás. Hay que subir, sudar, dejar atrás lo que nos estorba, lo inútil y cómodo que nos impide llegar a la meta para contemplar al Creador y la belleza de su creación». Este es el camino de nuestra liberación cristiana.

En suma, fray Sergio nos ofrece valiosos puntos de meditación que nos permitirán una comprensión cristiana y humana de esta catequesis antigua y moderna, pero siempre fundamental para el seguimiento de Jesús. El autor expresa su deseo de «que las Bienaventuranzas sean alimento para nuestra fe, fuerza espiritual que podamos vivir y compartir para que el Reino de Dios tenga geografía y biografía».

Ficha:

HERNÁNDEZ Moreno, Sergio, El Sermón de la Montaña, Koinonía, México, 2008, 111 páginas.

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