Por Mónica OLVERA |
Me parece que muchas personas tenemos una especie de ceguera o quizá simplemente distracciones que nos impiden aprovechar el hecho de que la vida tiene ciclos, sin embargo irrepetibles, lo cual significa que la vida es temporal y transitoria: frío, calor, lluvia, sequía, siembra, cosecha, “entre semana”, fin de semana, salud y enfermedad.
Cada una de estas condiciones que se suceden una a la vez (no es asueto y día de clases al mismo tiempo), tiene su propio bagaje de bellezas, alegrías, limitaciones y dolores. Sin embargo, es cierto que para disfrutar un día soleado es necesario haber vivido días nublados. Nos cuesta apreciar ambas caras de la moneda. A veces si quiera vemos la moneda que tenemos a mano, queremos la moneda del pasado o la del futuro. Una no embarazada, desear estarlo. Una embarazada desea que nazca su hijo. Un niño de pecho, quieres que coma otras cosas, un preescolar, quieres juegue más solo, un adolescente, quieres que hable más contigo. Mientras añoramos el pasado o comemos con ansias el futuro, vamos deshojando como pétalos, la flor del presente.
Abre bien los ojos para ver los regalos de hoy, agradece, disfruta y ama sobre todo, a las personas que están aquí, y que no sabes cuánto tiempo estarán contigo o tú con ellos. Quiere a tu esposo como es, no esperes a que cambie, para quererlo; da lo mejor de ti a tus hijos de acuerdo a su edad. Goza los bienes materiales y emocionales que recibes, son muestras de la bondad de Dios. Sean o no lo que deseas, son los idóneos para ti. Acepta con humildad las cosas difíciles y costosas, son muestras de la sabiduría paternal de Dios que quiere modelarte y fortalecerte.
No olvides la lección de los ciclos, la de la moneda y la de que la vida es como un tren que se detiene sólo un momento para descargarte lo que trae y continuar su paso. Recibe todo como un niño que espera una sorpresa con los ojos cerrados y las manos bien abiertas. Si lo que llega es algo es muy pesado y prolongado, paciencia y fortaleza, eso también pasará. Cuida de no depender de nada humano o terrenal, porque también se irá. Aférrate al Único que ha estado y querrá estar contigo ciclo a ciclo, estación a estación, noche y día, en el bien y en el mal, toda tu vida y eternidad.
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Mónica Olvera es licenciada en Educación y Desarrollo con un diplomado de Teología del Amor, especialista en el Creighton Model System, da pláticas prematrimoniales.
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