PASOS PARA EL PERDÓN Y LA RECONCILIACIÓN | Por Leonel NARVÁEZ G, imc | Fundación para la reconciliación |  Tercer paso hacia el perdón: MIRO CON OTROS OJOS

Un amigo, recientemente me comentaba que el cáncer que acaba de superar le había cambiado su forma de vivir y de percibir todo. Ahora era más cuidadoso consigo mismo y con los demás, ahora, disfrutaba cada segundo de la vida y en fin –decía- estaba viviendo una vida nueva.

Uno de los temas centrales en el proceso de perdonar una ofensa es la elaboración de nuevas narrativas, la construcción de nuevos relatos acerca de la ofensa y del sentido de la vida.

Aunque veamos bien, es posible aún ver mejor. Una tragedia puede llegar a verse y  entenderse como una comedia. O como se dice coloquialmente: de lo malo puede salir algo muy bueno!

El proceso de Perdón y Reconciliación permite la deconstrucción de las narrativas típicas causadas por las ofensas (dolor, rabia, deseo de venganza, miedo, tristeza) para generar, como ya hemos planteado en artículos precedentes de este, en un espacio colectivo de trabajo intercambio de perspectivas que termina flexibilizando las versiones petrificadas sobre lo ocurrido. Versiones repetidas y elaboradas por quien recibe una ofensa, afianzadas con el pasar del tiempo y pocas veces revisadas.

Nuevas narrativas

Hablar de narrativas nuevas demanda procesos grupales.  El proceso de perdón difícilmente se logra individualmente. En un proceso de perdón es fundamental contar con otras personas que en clima de total confidencialidad y obedeciendo a una metodología llamada apoyo entre pares, se  ayudan para mirar metafóricamente su experiencia en los espejos de cada uno de sus compañeros de proceso e iniciar una serie de ejercicios que inevitablemente llevan a elaborar nuevas miradas.

Los neurólogos al referirse a este tipo de dialogo han llegado a hablar entonces de las neuronas espejo, que se activan en las personas que se escuchan con empatía y que generan entre sí lenguajes que  ayudan a mirar con otros ojos las experiencias de vida de quienes participan en un proceso de compartir lecturas sobre eventos específicos, que en el caso del perdón y la reconciliación son siempre ofensas recibidas y las secuelas  que en las vidas de los participantes han dejado.

En este diálogo de perspectivas se introduce de manera muy sutil un elemento nocional básico para el momento en que en el trabajo acerca de la Reconciliación se aborde, este trata sobre la idea de la producción de verdad. Se trabajan aquí las nociones acerca de lo aparente y lo real, en una introducción básica a la epistemología, que prepara a quienes hacen el ejercicio del perdón, para la  construcción de nuevos relatos, que sin deformar los acontecimientos, superan las únicas versiones hasta el momento disponibles.

Este momento obedece a una especie de «orto-cognición». Así como la vida nos demanda a veces aplicaciones de ortopedia o de ortodoncia, así mismo, el ejercicio del perdón flexibiliza la mirada para ver con otra perspectiva los acontecimientos del pasado y establecer compromisos para recobrar formas flexibles de interpretación de los hechos y el respeto que se genera en el proceso de compartir de manera respetuosa y pausada los relatos que sobre las ofensas han elaborado los participantes de un proceso pedagógico de perdón y reconciliación.

Cuando la ofensa se recicla

El problema más difícil a superar y del cual deben hacerse conscientes las personas que han recibido una ofensa, es el replay cognitivo que constantemente les hace recordar la ofensa y reciclar eternamente el veneno inoculado por ella, una forma trágica que nos recuerda a tantos como Sísifo y Prometeo, condenados a la eterna repetición de lo mismo.

En este paso del perdón, la persona ofendida hace el ejercicio de darle un nombre a la ofensa y contarla una y otra vez desde diferentes perspectivas, para que al contarla pueda dominarla y exorcizarla, es decir, ganar dominio sobre ella.

En un momento posterior la persona ofendida puede darle sentido nuevo a su sufrimiento recobrando la estructura moral, si el proceso de perdón se comprende también como la interpretación moral de los acontecimientos narrados para renovar el sentido de dirección de los proyectos de vida de quienes participan en el trabajo de reconstrucción narrativa.

Este ejercicio logra su culmen cuando los participantes reflexionan y describen la situación familiar, la realidad económica y las posibilidades de estudio o trabajo que tuvo el ofensor, dentro de otros ejercicios que permiten interpretaciones más históricas y flexibles acerca de las personas las causas que hacen a los humanos comportarse de cierta manera con otros. Y más todavía cuando logramos responder e intercambiar respuestas sobre similitudes que llegamos a tener con nuestros ofensores en el momento en que se contrastan respuestas a preguntas como: “a mí me ofenden cuando—“, y “Yo ofendo y soy violento cuando…”. Es clásico, en los curso de las Escuelas de Perdón y Reconciliación –ESPERE- leer todos juntos los participantes la historia del lobo de caperucita narrada por el lobo mismo y no la niña de la caperuza roja.

El ejercicio práctico de «mirar con otros ojos» es totalmente posible: las personas ofendidas logran ojos diferentes a los que los han acompañado en la interpretación de la ofensa. Volver a contar la historia de la ofensa, generar lenguaje nuevo, y esforzarse por construir nuevas narrativas. Así, se comienza pronto a producir algo sencillamente transformador: la empatía y capacidad de meterse en los zapatos del otro, para desde allí entender de manera flexible el pasado.

Es frecuente que personas ofendidas lleguen a decir que si hubieran sido ellos los que hubieran estado en las condiciones del ofensor, muy probablemente hubieran cometido una falta peor. Mirar con ojos nuevos permite la alegría que se da cuando una persona, gracias a la modificación de su mirada.- comienza a encontrar fotografías nunca vistas en el álbum de su vida. Mirar con otros ojos es posible, es un ejercicio de memoria compleja, menos sencilla que la versión oficial que elaboramos en una primera aproximación a las ofensas, así el perdón es también significado de ascenso en la cultura histórica de un individuo y de un pueblo.

 

 

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