AGENDA INTERNACIONAL | Por Georg EICKHOFF  |

Lo que mueve el Foro Económico Mundial conocido como “Foro de Davos” es “el compromiso de mejorar la situación del mundo”. La organización no gubernamental fundada en 1971 por el profesor de economía Klaus M. Schwab, reúne cada año los líderes económicos y políticos en Davos, Suiza, para discutir y tomarse fotos. El ruidoso encuentro es visto como el “foro de los ricos”.

El rol del “foro de los pobres”, lo pretende jugar el Foro de São Paulo, fundado en 1990 como alianza de partidos y grupos de izquierda por el Partido de los Trabajadores brasileño bajo el liderazgo de Lula cuyo futuro político se juega, en estos días, ante los tribunales de su país. El Foro de São Paulo imita el nombre de “foro” y el método de los encuentros anuales. Estos se celebraron, por ejemplo, en la Ciudad de México en 1991, 1998, 2009 y 2015; en La Habana en 1993 y 2001. También Managua fue cuatro veces sede como México: en 1992, 2000, 2011 y 2017.

Desde su fundación, luego de la caída del Muro de Berlín, los integrantes del Foro de São Paulo han tomado el poder, por lo menos temporalmente, empezando desde Cuba donde ya lo tenían, en Venezuela, Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y El Salvador. En este año 2017, con los candidatos López Obrador en México y con la ex guerrilla de los FARC en Colombia, el Foro de São Paulo se dispone a ganar elecciones en dos países clave. La tragedia humanitaria y la violencia gubernamental venezolana, el mar de corrupción en Brasil y la interminable miseria y opresión en Cuba han quitado brillo a la propuesta de la izquierda post soviética.

El Foro de São Paulo y el Foro de Davos hacen todo tipo de esfuerzo para demostrar que se trata no solamente de la cuestión de la economía, sino de la cuestión del poder. El desfile de los gobernantes que vimos en estos días en Davos (si es que sus usos y costumbres nos llaman la atención), tiene un claro mensaje de poder igual que lo tienen los abrazos entre dictadores como Raúl Castro, Nicolás Maduro y Daniel Ortega.

El mundo no tiene por qué elegir entre foro y foro, entre el folclor de los ricos y el folclor de los pobres. El pensamiento humanista inspirado, entre otras fuentes, en la Doctrina Social de la Iglesia, propone la humanización del capitalismo. ¿Quién sería el representante de este pensamiento, pero con poder? Lo más parecido a ello es la Unión Europea que lleva la llamada “economía social de mercado” (de inspiración alemana) inscrita en su documento fundacional, el Tratado de Lisboa de 2007 que hace las veces de una constitución europea.

Por favor, síguenos y comparte: