IGLESIA Y SOCIEDAD | Por Raúl LUGO RODRIGUEZ, sacerdote |

En el último trimestre del año pasado Homún se convirtió en noticia. Población maya conocida por sus bellos cenotes, Homún está situada en la confluencia de dos áreas naturales protegidas: la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes y el Parque Estatal Lagunas de Yalahau.

El Anillo de Cenotes fue decretado como área natural protegida por el Gobierno del Estado de Yucatán, según el decreto 117, publicado en el Diario Oficial del Estado el 28 de octubre de 2013. La reserva tiene la capacidad de disponer agua limpia para una zona metropolitana cuatro veces del tamaño actual y Homún, uno de los 53 municipios que la conforman, está ubicado en la zona de “recarga” de dicha reserva, por lo que han quedado prohibidas expresamente actividades que no sean compatibles con el cuidado del medio ambiente o que tengan un impacto negativo en los ecosistemas.

Por otra parte, el área natural protegida denominada “Parque Estatal Lagunas de Yalahau” está ubicada en los municipios de Homún, Huhí, Tekit y Sotuta; el área fue constituida por el gobierno estatal mediante el decreto número 202, publicado en el Diario Oficial del Estado de Yucatán el 8 de junio de 1999, y circunscribe un total de 4 lagunas y 203 cenotes.

Por eso fue grande la sorpresa de los pobladores de Homún cuando, el 13 de octubre de 2016 el presidente municipal otorgó el permiso de uso de suelo para la construcción de naves y tratamientos de aguas residuales de una Mega Granja Porcícola que ocuparía un área de ciento diecisiete hectáreas (117 has.) para contar con aproximadamente 45,000 cerdos. El funcionamiento de esta granja pondría en grave riesgo la conservación del manto freático y, además, el sostenimiento de un gran número de familias, dado que cerca de la mitad de la población de Homún se dedica al ecoturismo centrado en los cenotes y las lagunas como principal actividad económica.

Comenzó entonces una batalla que ha tenido muchos espacios en la prensa local y nacional. No voy a abundar, por ello, en pormenores. Solamente quiero introducir el más reciente pronunciamiento al respecto, que les comparto en este mismo espacio, con algunas anotaciones que me parecen importantes:

  1. La batalla de Homún ha hecho que los pobladores se organicen en la defensa de sus derechos como personas y como pueblo maya. Han constituido un comité denominado Kana’an Ts’onot (guardianes de los cenotes) y llevan simultáneamente varios procesos legales para impedir el establecimiento de la Granja en su territorio. Esto, independientemente del resultado final de su lucha, es ya un logro en sí mismo y puede servir de inspiración a otras comunidades mayas que resisten la imposición de proyectos de “desarrollo” que arrojan pingües ganancias a las empresas involucradas y dejan a su paso la devastación para los pueblos y territorios indígenas.
  2. El comité Kana’an Ts’onot organizó una consulta basada en los estándares internacionales de consulta a pueblos indígenas marcados por el convenio 169 de la OIT. La consulta constó de una fase de planeación, una fase informativa en dos fechas (29 de Septiembre y 4 de Octubre) y una fase deliberativa (8 de octubre). El resultado de la consulta fue de 732 votos en contra de la instalación de la granja, 52 a favor y cinco en contra, contando la deliberación con la presencia de un notario público (fedatario autorizado), de personal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y, como testigos de honor, los concejales Yucatecos del Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena, la comisaria de Chocholá, apicultores de los Chenes e integrantes de la Unión de Pobladores de Chablekal, pueblos, estos últimos, que llevan adelante batallas a favor de la autodeterminación en sus propias poblaciones. El gobierno no ha dicho ni pío sobre la consulta y sus resultados, aunque le han sido formalmente presentados por los pobladores de Homún.
  3. La cantidad de procesos abiertos y aún sin resolución, revelan la incapacidad de las instituciones de gobierno para enfrentar la batalla del pueblo de Homún por su autonomía: el presidente municipal que otorga permiso de suelo, la SEDUMA que acepta una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) a modo y con serias irregularidades, los juzgados distritales que, con el pretexto de que la granja ‘crea empleos’ niegan el derecho de Homún a decidir sobre su territorio, etc. En un espectáculo que raya en la obscenidad, los órganos del Estado (y algunos medios de comunicación social) se han puesto al servicio de la empresa y no del pueblo.
  4. Aunque sea muy importante la lucha por el respeto al derecho a un medio ambiente sano, y resalte la preocupación por la contaminación de los cenotes, creo que la aportación más importante de Homún está referida al derecho a la autonomía y autodeterminación del pueblo maya, una papa caliente para los tres órdenes de gobierno (ejecutivo, legislativo y judicial), porque implica un reconocimiento en los hechos de un pueblo maya vivo y con derechos, mucho más allá de la visión arqueológica y folklórica que se maneja tan a menudo.
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