FE Y RAZÓN | Por Luis-Fernando VALDÉS |

El Papa Francisco, con su estilo alegre y austero, junto con su cercanía hacia quienes sufren o son marginados, se ha ganado el respeto y el cariño de la gran mayoría. Pero ¿en qué se funda realmente su popularidad? Les comparto algunos análisis de su Pontificado elaborados por sus colaboradores cercanos, con motivo de este quinto aniversario.

1. Un Pontificado de la alegría. El Secretario de Estado del Vaticano, el card. Pietro Parolin, entrevistado recientemente por Luca Collodi de Vatican News, señaló que en estos cinco años de Magisterio del Francisco resalta que casi todos sus documentos principales “siempre aluden a la alegría”: Evangelii Gaudim, Amoris laetitia, Laudato Si (‘Alabado seas’, que es la alabanza que nace de la alegría de un espíritu lleno de alegría).

El colaborador más cercano del Papa explicó que “la característica fundamental de este pontificado es precisamente la alegría, una alegría que no nace de la despreocupación, sino del hecho de saberse amados por el Señor”.

2. La autenticidad de Francisco. El periodista argentino del Clarín (Buenos Aires), Sergio Rubin, entrevistó al rector de la Universidad Católica de Argentina (UCA), Mons. Víctor Manuel Fernández, que es el más estrecho colaborador intelectual del Papa.

Mons. Fernández explica que un punto en el que se puede observar la autenticidad de Francisco es su “austeridad extrema”, que ya vivía desde Buenos Aires: “no se tomaba vacaciones, no ahorraba, no gastaba en ropa ni en gustos personales, no salía a comer afuera, no se daba ningún gusto. Los demás necesitamos algunos respiros, pero él admirablemente no. Por eso me indigna mucho cuando algunos pretenden acusarlo de haber hecho cosas por dinero”.

El Rector saca una importante consecuencia de este estilo del Pontífice: “¿Quién puede pensar que después de Francisco pueda prosperar un papado condenatorio, que ostente poder y riqueza, que no esté dispuesto al diálogo con todos, que ignore a los débiles de este mundo?”

3. Francisco comprende el drama de cada persona. Otra característica del Papa argentino es su actitud comprensiva y respetuosa ante las diversas realidades humanas, que se hizo patente desde aquella frase: “Quién soy yo para juzgar a un gay que busca sinceramente a Dios”.

Sobre esto, Mons. Fernández mencionó que otra nota fuerte del Papa es su “cercanía paterna”. Como obispo, Jorge Bergoglio siempre se mostró como un padre “que sufre con el dolor de sus hijos, que no se desentiende del drama de los más débiles, que sabe escuchar sin juzgar, que acaricia y también soporta con paciencia”.

El obispo Fernández explicó que el Francisco “comprende el misterio de cada persona, reconoce su drama, se pone en el lugar del otro, y sabe valorar los pequeños pasos que el otro pueda dar, aunque aparentemente sea menos valorado”. Se trata de  una actitud como la de cualquier padre, “que quiere educar a un hijo pero no puede dejar de abrazarlo con paciente ternura”.

Por eso, según el Rector de la UCA, esta actitud del Papa ha marcado la vida de la Iglesia, pues “se ha vuelto inadmisible cualquier actitud condenatoria, agresiva o autoritaria con los que piensan diferente o tienen dificultades para sobrellevar el peso de sus límites”.

 

Epílogo. Alegría y compresión son dos rasgos, entre muchos más, que han hecho que el Pontificado de Francisco sea popular y atractivo. El Papa no ofrece un cristianismo rebajado e indulgente, sino lo contrario: con alegría y comprensión, frutos de la misericordia, el Papa nos ofrece esperanza para retomar las exigencias del cristianismo, sin sentirnos condenados a pesar de nuestras continuas debilidades.

@FeyRazon   lfvaldes@gmail.com

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