Por Mary Velázquez Dorantes|
Con la aparición de las redes sociales llegaron grandes panaceas, como el hecho de comunicarse inmediatamente, el florecimiento de contactos y amigos, la posibilidad de encontrar todo lo que se busque. Sin embargo, también llegaron a instalarse rostros duros y oscuros que han salido a la luz de forma atroz y silenciosa. Entre esos rostros se encuentra la ciber violencia, el acoso digital, la violencia de los contenidos, la pornografía, el secuestro, la trata de blancas, problemas que, si bien ya existían en décadas anteriores, con el advenimiento de las redes sociales florecieron y tomaron fuerza.
Muchas de las veces la facilidad de acceso a las redes sociales nubla el lado oscuro de lo que puede suceder detrás de ellas. Adoptamos desenfrenadamente Facebook, Twitter, Instagram, entre otras existentes, y la posibilidad de conectividad a través de los celulares inteligentes ha sido un factor determinante para que la realidad brillante, pero al mismo tiempo abrumadora, haya crecido rápidamente.
Nuestras generaciones ya no tienen la opción de elegir entre los mundos digitales y los no digitales, hoy esas generaciones son parte de esa realidad. Ahora resulta común leer noticias sobre linchamientos digitales, suplantación de identidad, amenazas electrónicas. Torturas y actos de violencia que atacan la dignidad humana. También se instala el suicidio como muestra de expresión para todos, y poco se habla de prevención y protección a través de las redes sociales. Hoy El Observador te presenta tres formas de violencia dentro de las redes sociales, que parecen ser comunes y poco analizadas:
VIOLENCIA DE GÉNERO
En el discurso de organismos internacionales se habla sobre la equidad y la factibilidad de los géneros; sin embargo, son pocos los que han puesto la mirada en las redes sociales y el auge de la violencia de género. El contenido que circula dentro de redes sociales es, lamentablemente, un contenido de violencia y agresión para adolescentes y jóvenes.
Muchas de nuestras redes sociales exhiben la agresión contra mujeres: insultos, ataques, humor negro y estereotipos son la forma más común para atacar al género femenino.
Mujeres entre los 20 y 29 años con una cuenta en redes sociales han sufrido hostigamiento por parte de contenidos, mensajes o discursos violentos; Twitter es una de las redes sociales con mayor fuerza para promover el odio hacia la mujer; el rol de los hashtags incentiva que la sociedad conectada se «divierta» amenazando o señalando a las mujeres. Entre los más comunes se encuentra #sinotegolpeanoteama, #viejas y #menosderechosAmujeres.
Algunos de los contenidos parten del insulto, otros son de índole sexual, y la mayoría son insultos donde la figura femenina es humillada en sus derechos e integridad como persona. Cada vez se torna más común ofender y señalar a las mujeres. La violencia comienza cuando se sube una fotografía: desde allí se originan memes, burlas, vejaciones.
En un estudio realizado en Culiacán, Sinaloa, se descubrió que el 50% de las mujeres que tienen una red social se ha sentido humillado. Muchas de las veces la integridad moral es destruida y las mujeres que son víctimas de la violencia en redes emocionalmente quedan desarmadas.
PORNOGRAFÍA, EL ARMA LETAL
En las redes sociales millones de contenidos apelan hacia la pornografía. Cifras oficiales sostienen que por cada persona en el mundo se suben 12 videos cuyo contenido es pornográfico. El 61% de ésta pornografía se consume desde un teléfono celular. El 62% de los usuarios conectados jóvenes han recibido imágenes sexualmente explícitas. Consideran que es parte del mundo social al que ahora pertenecen.
México ocupa el lugar número 10 de la lista de países con mayor circulación de pornografía en redes sociales. Lo más extraño es que los números aumentan cada año y nadie hace o dice nada. Algunos consideran «chistosos» los contenidos de pornografía, otros simplemente han aceptado que es posible que la pornografía surja entre las redes sociales.
Aunque algunas de las redes sociales han hecho configuraciones para impedir que los contenidos pornográficos sean visibles, muchas de sus políticas han sido rebasadas. Algunas redes sociales se deslindan de la responsabilidad de eliminar la pornografía y se limitan a prohibir los «desnudos». Ante el problema han surgido algunos defensores de los contenidos pornográficos señalando que se trata de un entretenimiento inofensivo. El sexo y la pornografía entraron por la puerta grande.
ESO LLAMADO GROOMING
Siendo que las redes sociales son un lugar de fácil acceso, los menores de edad están en ellas, y son peces gordos para acosadores y depredadores sexuales. A este fenómeno se la ha llamado grooming, donde adultos deliberados buscan conectar con niños y niñas, a fin de obtener una satisfacción sexual de ellos. Muchas veces se comienza con lazos de amistad donde intercambian imágenes eróticas, siendo la inocencia la carnada más fácil de utilizar.
Hasta el momento no existen leyes que protejan a los menores de este problema. Los acosadores tardan 12 minutos para lograr que un menor se despoje de su ropa. Las redes sociales y sus chats son el lugar más idóneo para que los groomers actúen. Uno de cada diez menores ha recibido un mensaje sexual a través de una red social. El 38% de los usuarios de internet tiene entre 6 y 18 años de edad. El groomer actúa sexualmente y la relación digital termina en muchos casos en abusos sexuales a nuestros menores. La mayoría de los problemas surgen por la explotación sexual de los infantes, la falta de información y desensibilización del uso de las redes sociales.
Twitter: @mary_dts