Cada tipo de libro, físico o electrónico, tiene sus particulares ventajas. De los e-books pueden señalarse éstas: no ocupan más espacio físico que el de un diminuto dispositivo de memoria, por lo que se pueden almacenar muchísimos sin ningún problema; por tanto, no son pesados ni estorbosos para trasladarlos de un lugar a otro; no se deterioran con el paso del tiempo y el uso; suelen ser más baratos que los libros impresos; hay muchos que se pueden descargar de internet en forma gratuita; la computadora o la tableta electrónica permiten encontrar con facilidad un párrafo, frase o palabra específica; y se puede cambiar la tipografía y su tamaño para tener una lectura más cómoda.

Entre las ventajas de los libros físicos figuran las siguientes: se pueden prestar; no son fuente importante de piratería y, por tanto, no afectan al mundo editorial; no requieren poseer un artefacto tecnológico (computadora, tableta, etc.) ni conocer su uso; no dependen de una batería para ser leídos; se puede tener acceso a toda clase de ediciones, incluidos los libros antiguos, pues no dependen de que alguien se tome la molestia de digitalizarlos; se pueden poner marcas y anotaciones sobre las hojas del libro; y ofrecen un tacto especial, olor y peso, capaces de generar una sensación positiva de pertenencia, que ayuda a valorarlo más al momento de su lectura.

Se han hecho varios estudios sobre la lectura en estos dos formatos, encontrándose que se utiliza una porción del cerebro distinta cuando se lee un libro impreso que cuando se lee en una pantalla.

Mientras una persona lea más textos en una pantalla, tendrá cada vez una mayor capacidad de desarrollar una lectura no lineal, que le permita leer con más agilidad. Pero, por otro lado, resulta que quienes leen libros en formato digital retienen mucho menos que si leen en un libro impreso.

En un reciente estudio de la Universidad Stavanger de Noruega se le dio a ambos tipos de lectores un libro de misterio, y los que leyeron la versión electrónica presentaron «significativa» deficiencia al recordar el orden de los acontecimientos, así como objetos y personajes de la historia. Una investigación anterior había detectado que leer en papel permite que el lector experimente mucho mayor empatía e inmersión en la lectura, por lo que su coherencia narrativa es mucho mejor. También un estudio escolar encontró que los estudiantes que leen textos impresos obtienen mejores calificaciones en la prueba de comprensión de lectura que los estudiantes que leen los textos digitalmente.

Redacción

TEMA DE LA SEMANA: DE VERDAD LA LECTURA TRANSFORMA

Publicado en la edición impresa de El Observador del 10 de marzo de 2019 No.1235

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