Por Francisco Prieto*
Si antes del año 2000 se me hubiera hecho la pregunta, habría respondido que no, que los católicos debíamos publicar en los periódicos que fueran más afines a una posición política más o menos próxima de la social-democracia. Ahora, empero, respondo no sólo que es necesario sino que es fundamental que exista y que crezca.
Sucede que advierto una dispersión tal del conocimiento, un relativismo y eclecticismo de tal magnitud, que se ha vuelto necesario propiciar una cosmovisión coherente con la Palabra, la doctrina social de la Iglesia, la antropología cristiana.
Dicho de otro modo, procurar que el lector vaya ahondando en qué es ser cristiano, qué no lo es. Y esto mediante reportajes, crónicas, entrevistas, artículos de fondo que interpreten los hechos de todo tipo, políticos, económicos, culturales desde la luz del Evangelio.
Es necesario difundir los libros que responden a nuestra visión del mundo, en la novela, el ensayo, las aproximaciones a las artes visuales. Es necesario familiarizar a los lectores con los grandes autores contemporáneos de signo cristiano, los que han sostenido una concepción del ser humano comprometida con los más altos valores, entre otros, ese de la defensa de la vida a ultranza pero, siempre, con un acercamiento que busque no ofender al otro sino confrontarlo amorosamente, pero sin ocultar, maquillar, relativizar las propias convicciones; hacerlo, pues, desde la comprensión de la complejidad del ser del otro.
Ser cristiano es difícil y siempre ha sido así. Recuerdo que los marxianos del instituto de Frankfurt escribieron que el cristiano auténtico era, necesariamente, contestatario. El hecho de vivir en diálogo permanente con el Señor constituye la felicidad del cristiano tanto como el padecer constantemente la conciencia de que el mal que hacen los hombres lo hacen porque no saben lo que hacen es un acicate para la acción aunque, también, la cuna de los sufrimientos del cristiano. Luchar por la construcción del Reino siempre desde la caridad, he ahí la impronta cristiana, lo que un periodismo católico debe plantear desde los ángulos más diversos.
Nada más importante, aquí y ahora, que inculturar al lector en un mundo que cada vez más y más se aleja de la vida intelectual, de la cultura más alta y honda.
* MÉXICO, consejero editorial de EL OBSERVADOR
TEMA DE LA SEMANA: ¿ES NECESARIO EL PERIODISMO CATÓLICO?
Publicado en la edición impresa de El Observador del 26 de mayo de 2019 No.1246