El hermano de la víctima y la mujer policía que lo asesinó se funden en un abrazo. Lo mejor es que entregues tu vida a Cristo, le dijo
Por Jaime Septién / Aleteia en El Observador
Un video que se ha vuelto viral muestra la enorme posibilidad del perdón frente a un asesinato. Más aún, representa el perdón a una mujer blanca de un hombre afroamericano. Y todavía más aún: entre una culpable blanca y una jueza afroamericana.
El hecho ocurrió el 2 de octubre, en el momento en que la ex oficial de patrulla del Departamento de Policía de Dallas (Texas), Amber Guyger (31), era condenada a diez años de prisión, después de ser declarada culpable de asesinato en primer grado en contra del joven afroamericano Botham Jean.
Brandt, el hermano de Botham, pidió permiso a la jueza Tammy Kemp para abrazar a Amber. Tras una pausa y considerar la petición, bastante extraña en un tribunal, el permiso le fue concedido. Amber y Brandt se fundieron en un largo abrazo de perdón y reconciliación.
«Te amo como persona», le dijo Brandt. Los sollozos recorrieron la sala mientras los dos se abrazaban. «No te deseo nada malo», le dijo a la mujer blanca. Curiosamente, la jueza afroamericana, Tammy Kemp, también abrazó a Guyger; le dio una Biblia abierta en Juan 3,16 y rezó junto a la ex oficial de policía.
NO LO DIRÍA A NADIE…
«Te amo como a cualquier otra persona, no voy a decir que espero que te pudras en la cárcel y mueras como murió mi hermano, personalmente quiero lo mejor para ti», dijo Brandt antes de pedir permiso para reconciliarse con Amber, a nombre de su hermano.
«Nunca iba a decir esto delante de mi familia o de nadie, pero ni siquiera quiero que vayas a la cárcel, quiero lo mejor para ti porque sé que eso es exactamente lo que Botham querría … y lo mejor es que entregues tu vida a Cristo», fue el comentario final de Brandt.
Los hechos ocurrieron el 6 de septiembre de 2018, cuando Amber Guyger ingresó al apartamento de Botham Jean en Dallas, le disparó y lo mató. Guyger dijo que había entrado al apartamento confundida, creyendo que era su departamento y que había disparado dos veces sobre un ladrón que se encontraba dentro.
Ese día, tras quince horas de patrullaje por las calles de Dallas, al subir a su departamento, Guyger estaba ya fuera de servicio. La defensa de la acusada –para quien se pedía cadena perpetua—logró establecer que la confusión de Guyger se debió al cansancio y al miedo repentino.
UN VEREDICTO Y UNA PROTESTA
El departamento de Jean se encontraba en el piso superior del de Guyger, exactamente encima uno del otro. Amber creyó que llegaba al suyo y disparó al supuesto intruso. Éste –de profesión contador—descansaba tumbado en un sofá, tomando helado de vainilla frente al televisor.
Dos disparos –uno de ellos en el corazón—acabaron con su vida, aunque fue intervenido de urgencia en el cercano hospital de la Universidad de Baylor en Dallas. Botham Jean tenía apenas 26 años al momento de su muerte.
En una conferencia de prensa, John Creuzot, el fiscal de distrito del condado de Dallas, describió los abrazos como un «increíble acto de curación». Dijo sobre la sentencia: «Personalmente, esperaba más tiempo, pero respeto lo que hizo [el jurado]… llegaron a lo que pensaban que era un veredicto justo».
Como ha sucedido en otros casos, la comunidad afroamericana se mostró furiosa contra el veredicto, al que consideró injusto. Pero los abrazos de perdón seguirán ahí, por el resto de la vida de todos los involucrados en este triste acontecimiento.
Publicado en la edición impresa de El Observador del 13 de octubre de 2019 No.1266