Por Padre Shenan J. Bouquet*
¿Qué es lo primero que te preocupa en una pandemia global? Para muchos de nosotros, es la seguridad de los seres queridos, amigos y vecinos que están en riesgo, o las preocupaciones sobre la economía y cómo podría afectar a nuestra familia.
Desafortunadamente, para cierto segmento de nuestra población, lo que más les preocupa es si, y con qué facilidad, las personas podrán matar a sus bebés no nacidos [1].
Vice News y Mother Jones, dos de las publicaciones más liberales en EEUU, han respondido a la pandemia del coronavirus pidiendo a la agencia del gobierno de EEUU que regula la comercialización de fármacos y alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) que relaje las regulaciones que rigen los mal llamados abortos “médicos” (abortos por medio de fármacos). El hecho de que esas regulaciones estén diseñadas para proteger a las mujeres de complicaciones mortales que pueden ocurrir durante esos abortos no pareció molestarlos. En cambio, argumentaron que la FDA debería legalizar de inmediato que las mujeres aborten a sus bebés en casa usando la píldora abortiva, sin tener que ver a un médico. Según esta propuesta, las mujeres podrían obtener una receta para la píldora abortiva a través de “telemedicina” (es decir, a través de una video conferencia) y luego obtener la píldora por correo o en su farmacia local [2].
Aunque los activistas del aborto sugirieron la relajación de las regulaciones como una respuesta “temporal” al coronavirus, la verdad es casi ciertamente más siniestra. Es muy probable que los grupos proaborto simplemente estén explotando la pandemia mortal para presionar para que se puedan cometer abortos cada vez con más facilidad. Muchos estados actualmente restringen la telemedicina por razones de seguridad de sentido común. Mientras tanto, la FDA no permite el envío de píldoras abortivas por correo, también por razones de seguridad de sentido común. Sin embargo, si la FDA relajara sus reglas durante la pandemia, sería difícil volver a poner más tarde al gato en la jaula, y ese es el punto. Como dice el viejo refrán, algo que los proaborto siempre quieren aprovechar, “Nunca dejes que una buena crisis se desperdicie”.
Incluso durante una pandemia, la “cultura” de la muerte se niega a descansar
Desafortunadamente, lo que esto muestra es que, incluso en medio de un cierre social casi total, la “cultura” de la muerte no descansa. Todo lo contrario. Parece que los activistas proaborto van a toda marcha para encontrar formas de proteger el acceso al aborto existente y, si es posible, expandirlo.
Los legisladores y líderes provida se horrorizaron a principios de este mes por un aparente esfuerzo de la Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, para eludir las prohibiciones sobre la financiación gubernamental del aborto en el proyecto de ley del gobierno federal que proporciona ayuda financiera en respuesta al coronavirus. Durante décadas, las facturas de gastos han estado protegidas por la Enmienda Hyde, que prohíbe que los fondos del gobierno paguen por el aborto. Sin embargo, según los informes, Pelosi intentó introducir algunos fondos médicos en el proyecto de ley de alivio ante el coronavirus que no estaba cubierto por la Enmienda Hyde. Un funcionario de la Casa Blanca afirmó que los fondos, desprotegidos por la Enmienda Hyde, podrían terminar como un “fondo para sobornos” para la industria del aborto [3].
Afortunadamente, los legisladores provida intervinieron y se aseguraron de que la Enmienda Hyde se aplicara al proyecto de ley [4]. Sin embargo, en un caso clásico en que los pájaros les disparan a las escopetas, Planned Parenthood acusó a los provida de “usar” la crisis de salud pública “para atacar la cobertura del aborto” [5]. En realidad, Planned Parenthood y su gente eran los que estaban usando una crisis de salud pública para presionar para que haya más matanzas de bebés no nacidos financiadas por el gobierno.
“Mientras las escuelas están cerrando y los hospitales se están preparando, la presidente Pelosi está librando guerras culturales innecesarias”, respondió el senador Ben Sasse (R-NE). Y añadió: “La oradora Pelosi debería estar luchando contra la pandemia del coronavirus, no politizando los fondos de emergencia al luchar contra la bipartidista Enmienda Hyde. Necesitamos aumentar nuestras pruebas de diagnóstico, no librar guerras culturales a instancias de Planned Parenthood. Caramba” [6].
Si alguna vez hubo un procedimiento mal llamado “médico” que cumplió con la definición de “optativo”, es el aborto. Los abortos no curan ninguna enfermedad. Lo único que hacen es provocar un bebé muerto y una madre herida. Y, sin embargo, incluso en las jurisdicciones donde la mayoría de las empresas no esenciales están cerrando sus puertas para cumplir con las directrices del gobierno, muchas instalaciones de aborto mantienen sus puertas abiertas, alegando que ofrecen servicios médicos “esenciales”. En Illinois, por ejemplo, Planned Parenthood está cerrando muchas de sus mal llamadas “clínicas”, pero mantiene abiertas las que cometen abortos [7]. Mientras tanto, Massachusetts excluyó explícitamente el aborto de la lista de servicios “no esenciales” [8].
Un artículo del Huffington Post lamentó que el coronavirus podría “paralizar los servicios de aborto”. Si bien esto aún no ha demostrado ser el caso, si fuera a suceder, sería un rayo de sol en medio de la tormenta.
La lucha provida continua
El mal no descansa. Y tampoco nosotros deberíamos.
En un caso de hipocresía flagrante, los activistas del aborto están respondiendo al brote del coronavirus criticando a la Campaña de 40 Días por la Vida por mantener sus pacíficas vigilias de oración frente a los centros de aborto [9]. Sin embargo, claramente la única razón por la que los voluntarios de esta noble campaña tienen que estar allí es porque estos centros continúan cometiendo abortos. Es decir, los abortorios continúan realizando un procedimiento electivo médicamente innecesario, un procedimiento que conlleva el riesgo de complicaciones para las mujeres, que mata a un ser inocente no nacido y con el riesgo de sobrecargar un sistema de salud ya sobrecargado, en medio de una pandemia. Y para colmo se atreven a criticar a los provida.
Por supuesto, los provida que participan en la Campaña de 40 Días por la Vida deben escuchar las directrices del gobierno sobre el tamaño de los grupos y seguir prácticas seguras, como mantener una distancia segura, lavarse las manos, etc. Ese es el punto que recalcó el director de esta campaña, Shawn Carney, en un video reciente y en una declaración en la que instó a los participantes a seguir las pautas de los Centros para el Control de las enfermedades del gobierno de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés) limitando el tamaño de los grupos y estando al tanto de las nuevas instrucciones emitidas por las autoridades civiles.
Al mismo tiempo, sin embargo, Carney prometió que, a menos que las vigilias pacíficas estén prohibidas, “no nos vamos a ir”. Y continuó:
Estamos viendo que la industria del aborto hace lo que siempre hace con estas emergencias nacionales.
Usan esto para promover el aborto. Son quienes son. Es lo que hacen. Por ello, quiero alentarlos [a los provida] a que sean quienes realmente son y a que hagan lo que hacen. Y eso es rezar y ayunar.
Y a continuar estando físicamente presente frente a las instalaciones abortivas, si uno se siente llamado a hacerlo.
Es sorprendente lo que puede lograr incluso un solo individuo provida frente a un centro de abortos. Hace unos días me animó una publicación de Facebook de John Barros, un hombre que ha pasado años de su vida parado frente a uno de estos centros en el Estado de la Florida y que ha salvado a miles de bebés gracias a ello. Incluso durante esta pandemia, él ha estado presente. ¡Y en un día la semana pasada, cuatro mujeres cambiaron de opinión y eligieron la vida! Barros describió lo que sucedió con una mujer: “Bajó la ventana de su auto y tuvo la sonrisa más bonita. Me miró y me dijo: ‘No lo hice. Gracias’, dio un pulgar hacia arriba y se fue”.
Sí, debemos tomar precauciones para protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos, pero no podemos disminuir nuestros esfuerzos para defender la vida y la familia de ninguna manera. Lamentablemente, en Vida Humana Internacional hemos visto donaciones afectadas por esta crisis actual. Es crucial que los provida no permitan que el miedo y los desafíos asociados con esta pandemia nos distraigan de la batalla por la vida y la familia.
Hasta ahora, la pandemia ha cobrado la vida de más de 16,000 personas. Cada muerte es una tragedia. No minimizaré el alcance de la crisis con la que estamos lidiando. Y, sin embargo, desde que el coronavirus surgió por primera vez hace unos meses, el aborto ha quitado la vida a millones de bebés inocentes.
Incluso, o especialmente, en medio de la agitación social temporal y la incertidumbre, la batalla entre la “cultura” de la muerte y la Cultura de la Vida continúa. Hay muchas maneras en que las personas provida pueden continuar contribuyendo con este esfuerzo, incluso desde la privacidad de sus propios hogares durante el autoaislamiento. Puede encontrar una lista útil de acciones concretas que realizar en el siguiente link: https://www.lifesitenews.com/blogs/stuck-inside-because-of-coronavirus-here-are-9-pro-life-things-you-can-still-do
También puede visitar el sitio web de Vida Humana Internacional para obtener más información sobre el movimiento global provida y aprender sobre temas que afectan la vida y la familia: www.vidahumana.org.
Sin embargo, como siempre, le exhorto especialmente a que se comprometa a profundizar su vida de oración y a orar y ayunar específicamente para el fin del aborto y el triunfo de la Cultura de la Vida. Como cristianos que creen que Cristo ya ganó la batalla, nuestra respuesta a cualquier crisis nunca debe ser el miedo, sino un recurso inmediato a la oración.
*Presidente de Human Life International
Notas:
[2]. https://www.motherjones.com/coronavirus-updates/2020/03/case-for-abortion-telemedicine/.
Fuente original: https://www.hli.org/2020/03/even-in-a-pandemic-the-battle-against-the-culture-of-death-wages-on/
VHI agradece a José Antonio Zunino Tosi del Ecuador la traducción de este artículo.