Así como san José puede ser tomado como Santo Patrono de las vírgenes, también lo puede ser de las madres solas —por viudez, abandono, etc.—. Pero uno de los patronazgos más necesarios de san José en el mundo actual sería el de los esposos y padres de familia.
Juan Pablo II, en su exhortación apostólica Redemptoris Custos, de 1989, dice que san José «posee ante todo las características propias del esposo».
Hay que recordar que los santos no sólo son intercesores a los cuales se les puede pedir algo, sino que en primer lugar son modelos de vida cristiana. Y es por eso que san José es el mejor ejemplo a imitar por parte de los varones cabeza de familia.
- San José fue reflejo de Dios Padre al adoptar a Jesús y dedicarle todo su amor y esfuerzo. Los papás actuales deben esforzarse en imitar a san José a fin de convertirse en los mejores padres de familia que puedan ser.
- San José se mantuvo fiel a su familia en todas las circunstancias; es decir, ni abandonó a Jesús y a María a pesar de las dificultades de la vida o sus gustos o deseos personales, ni se divorció nunca, ni fue infiel jamás a su unión esponsal con la Virgen.
- San José hacía lo que tenía que hacer, de inmediato y con toda decisión, pues no era un indeciso ni un pusilánime. Pero, al mismo tiempo, era tierno y silencioso.
- San José combinó en su justa medida las cuestiones domésticas naturales —vivienda, alimentación, trabajo, vida familiar, etc.— con las cuestiones espirituales. De hecho, como escribió san Juan Pablo II, san José hizo «el sacrificio total» de «toda su existencia a las exigencias de la venida del Mesías a su propia casa». Y «esta sumisión a Dios, que es disponibilidad de ánimo para dedicarse a las cosas que se refieren a su servicio, … constituye una de las expresiones de la virtud de la religión».
TEMA DE LA SEMANA: Todos los santos reunidos en él
Publicado en la edición impresa de El Observador del 15 de marzo de 2020 No.1286