La consagración implica entregar el corazón y despojarse de todo aquello que hace daño.
Por Sergio Estrada
Por iniciativa de la Dimensión Episcopal para Laicos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el próximo 12 de diciembre todo México será consagrado al Inmaculado Corazón de María de Guadalupe, Emperatriz de América y Reyna de México. Y se le dará el sí a Cristo Rey para mejorar la situación en nuestro país y el mundo ante la crisis economía, de salud, política, de inseguridad y la situación en general.
La consagración es la entrega de manera personal, libre y solo por amor, de nuestro corazón, nuestra alma, nuestro ser y todo lo que amamos, lo que tenemos y nuestras buenas obras pasadas, presentes y futuras a los maternales cuidados de la Virgen María. Siendo este el camino más fácil, seguro y perfecto de llegar al conocimiento y verdadero amor de Dios, porque Él nos ama y nos protege.
Para participar en esta consagración nacional, a la que también están invitados sacerdotes, religiosas, religiosos, seminaristas y laicos en general, los participantes deben llevar una preparación basada en el manual “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” de San Luis María Grigñon de Monfort.
El propósito es amar más a Jesús y así cristificar nuestra vida.
Mons. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, presidente de la Dimensión para Laicos de la CEM, informó que luego de la preparación de la consagración el 12 de diciembre, solemnidad de Santa María de Guadalupe, se transmitirán todas las celebraciones eucarísticas por el canal de YouTube DELAI CEM y en la página de Facebook de la Dimensión Episcopal para los Laicos.
Como parte de las etapas de preparación para la consagración se pide el rezo diario del Santo Rosario, donde cada persona debe renunciar a las pasiones terrenales como: la soberbia, la lujuria, la envidia, la ira, para sanar miedos, preocupaciones y el corazón. Esto permite el conocimiento interno de cada persona, para que se presente mejor ante Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. De esta manera, la Virgen tendrá un conocimiento de profundidad, y les recibirá con la ternura y belleza que nos introduce en la vida de Cristo.
La importancia del rezo del Santo Rosario como principal vehículo para atender las peticiones de nuestra Madre Santísima de Guadalupe, radica en que es una oración de súplica sencilla y efectiva contra las situaciones adversas, para obtener la paz del mundo y las promesas que nos ofrece.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 6 de diciembre de 2020. No. 1326