Escrita por el cardenal español Rafael Merry de Val (1865-1930), puede servir en esta Cuaresma para suscitar una profunda conversión:
- Jesús manso y humilde de Corazón, -Óyeme.
- (Después de cada frase decir: Líbrame, Jesús)
- Del deseo de ser estimado,
- Del deseo de ser amado,
- Del deseo de ser ensalzado,
- Del deseo de ser respetado,
- Del deseo de ser alabado,
- Del deseo de ser preferido a otros,
- Del deseo de ser consultado,
- Del deseo de ser aprobado,
- Del temor de ser humillado,
- Del temor de ser despreciado,
- Del temor de ser reprendido,
- Del temor de ser calumniado,
- Del temor de ser olvidado,
- Del temor de ser puesto en ridículo,
- Del temor de ser injuriado,
- Del temor de ser juzgado con malicia
(Después de cada frase decir: Jesús, concédeme la gracia de desearlo)
- Que otros sean más amados que yo,
- Que otros sean más estimados que yo,
- Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse,
- Que otros sean alabados y de mí no se haga caso,
- Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil,
- Que otros sean preferidos a mí en todo,
- Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda,
Oración final: Oh Jesús que, siendo Dios, Te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio, concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que, humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la Tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de Ti en el Cielo. Amén.
TEMA DE LA SEMANA: «CUARESMA CON LA CRUZ DE FONDO»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 21 de febrero de 2021 No. 1337