“¿Podría comentar la posición de la Iglesia con respecto a las vacunas que se prueban o desarrollan utilizando líneas celulares fetales?”

A esta pregunta ha respondido la Comisión Vaticana Covid-19, presidida por el cardenal Peter Turkson.

En el kit de recursos sobre vacunación, el organismo vaticano recuerda que “la Iglesia tiene un largo historial a la hora de abordar esta cuestión con otras vacunas. Cuanto más dure la pandemia, más muertes y sufrimiento humano habrá. La Iglesia defiende la vida y el bien común y las vacunas que ahora están disponibles son una herramienta esencial en la lucha contra la pandemia. Hay que emplearlas para proteger la vida y reducir el sufrimiento”.

“Tenemos el deber de proteger a los demás de un contagio, que puede constituir el peligro de una enfermedad grave o de muerte en algunos casos. La vacuna es la forma más eficaz para lograrlo. Las vacunas que han sido aprobadas pueden y deben ser aceptadas con la conciencia tranquila como un acto de solidaridad humana”, indica el organismo de la Santa Sede.

La Pontificia Academia para la Vida reafirmó, en 2005 y 2017, que las vacunas clínicamente recomendadas “pueden utilizarse con la conciencia tranquila y que el uso de dichas vacunas no representa una especie de cooperación con el aborto voluntario”.

Según la Comisión Vaticana Covid-19, la responsabilidad moral indica “vacunarse para evitar graves riesgos para la salud de los niños y de la población en general”.

“La Congregación para la Doctrina de la Fe, cuya tarea es promover y proteger la exactitud de la doctrina en materia de fe y moral, emitió la Instrucción Dignitas Personae sobre ciertas cuestiones de bioética en 2008 y, a finales de 2020, en el marco de la pandemia del COVID-19, escribió que todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces se pueden utilizar”.

Imagen por Nastya Dulhiier (Unsplash)

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